lunes, septiembre 04, 2006

"La Nueva Evangelización", de contenido inesperado, necesaria y urgente.


UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN


“Una nueva evangelización” es la consigna del Papa y de los Obispos en los años conclusivos del siglo XX, en vistas del Tercer Milenio cristiano. “Nueva en el espíritu, en los métodos y en la expresión”… Me permito añadir: Y NUEVA EN EL CONTENIDO.

¿Nueva?


“Queridos, no os estoy escribiendo con esto un mandamiento nuevo, sino un precepto antiguo, que tenéis desde el principio. El precepto antiguo es la palabra que ya habéis oído. Por otra parte es también un mandamiento nuevo lo que os escribo, que se realiza en Cristo y en vosotros, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz” (1ª Jn.2, 7-8).

¿Cuál es ese contenido antiguo, que ahora es nuevo?

La palabra “Evangelio” literalmente significa “Buen anuncio” o “Buena noticia”. En este sentido hay dos evangelios: el que predicó Ntro. Señor al principio de su vida pública (“Convertíos, porque el Reino de los Cielos está cerca”), lo mismo que decía el Precursor*(1) y el otro predicado por los Apóstoles a partir de Pentecostés (“Jesucristo el Nazareno, que habéis crucificado, Dios Lo ha resucitado de entre los muertos, Lo ha constituido Señor… y en ningún otro podemos salvarnos”)*(2)

De ambos, el segundo se refiere a la Redención, ya realizada, llevada a cabo por Jesucristo, y es el Evangelio predicado hasta ahora por la Iglesia. Esta es la primera o “antigua” evangelización. Por el contrario, el primer anuncio, hecho por Jesucristo, se refiere a la venida del Reino, que aún tiene que venir, y es el mensaje de la segunda o “nueva” evangelización.

La buena nueva predicada por los Apóstoles era concerniente a Jesús, mientras que la que predicaba Jesús se refería al Padre.

“Respecto a lo cual tendríamos muchas cosas que decir, pero difíciles de explicar, porque os habéis vuelto lentos para comprender. Pues mientras que el tiempo habría tenido que hacer ya de vosotros maestros en la fe, de nuevo tenéis necesidad de que se os enseñen de nuevo las primeras nociones de la palabra de Dios, a tal punto que os habéis reducido a tener necesidad de leche y no de alimento sólido. Ahora bien, el que se alimenta todavía de leche, no puede tener experiencia de la palabra de justicia, porque es un niño. El alimento sólido es para hombres hechos, para los que se han acostumbrado con la experiencia a distinguir el bien del mal” (Hebreos, 5,11-14).

“De nuevo tenéis necesidad”: ¡POR ESO HACE FALTA EVANGELIZAR DE NUEVO !

Pero el pensamiento del Apóstol y el Querer de Dios no se detienen en la necesidad de enseñar de nuevo las primeras nociones de la Palabra de Dios:
“Por lo cual, dejando a un lado la doctrina elemental sobre Cristo, elevémonos a lo que es más perfecto, sin detenernos a tratar de nuevo las verdades fundamentales, como son el arrepentimiento de los pecados y la fe en Dios, la naturaleza de los bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio final. Es lo que me propongo hacer con la ayuda de Dios” (Heb.6,1-3).

“Elevémonos a lo que es más perfecto”: ¡ÉSTA ES LA NUEVA EVANGELIZACIÓN!

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1 - Mt.3, 2; 4,17.
2 - Hechos, 2, 23-24.36; 4,10-12, etc.
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El capítulo 10 del Apocalipsis nos hace ver proféticamente esta nueva evangelización:
“Después vi a otro Angel poderoso, que bajaba del Cielo envuelto en una nube (es decir, veladamente). Sobre su cabeza tenía un arco iris, su rostro brillaba como el Sol y sus piernas eran como columnas de fuego”…

Este Angel, que en sentido etimológico significa “enviado”, es Jesucristo. Aquí lo vemos regresar de la misma manera en que lo vieron subir al Cielo el día de la Ascensión, aludiendo claramente a Hechos de los Apóstoles, 1, 11. Juan lo ve como lo había contemplado en el monte Tabor (Mt.17, 2)

“En la mano tenía un Librito abierto”. Este misterioso libro es el mismo que en el capítulo 5 había visto en la mano de Dios, entonces cerrado con siete sellos (o sea, con los velos que lo cubren, con los obstáculos que impiden la manifestación de su misterioso contenido). Pero a estas alturas ya han sido quitados los sellos y está a punto de ser revelado su contenido. Se trata del mismo “Apocalipsis” o “Revelación de Jesucristo” (Ap.1, 1), esa buena nueva o “evangelio eterno” que se ha de anunciar a los habitantes de la tierra (Ap.14, 6). El detalle de que el Angel tenga en la mano el libro, ya abierto, confirma que ese ángel o enviado del Padre es Jesucristo, el Cordero inmolado y viviente, porque El sólo es digno y capaz de tomarlo y abrirlo (Ap.5, 7).

“Entonces el Angel que había visto con un pie sobre el mar y el otro sobre la tierra (esto es, dominador de su Humanidad, alma y cuerpo) alzó la diestra hacia el cielo y juró por Aquel que vive por los siglos de los siglos, que ha creado el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, que NO HABRÁ MÁS TIEMPO” (es decir, tiempo de espera: la espera de su manifestación, según la primera carta de S. Juan, 3,2; la espera de que llegue el momento establecido por el Padre para que el hijo heredero menor de edad sea adulto, según Gálatas, 4, 2). Es el anuncio del “fin de los tiempos”, en contraposición a la “plenitud de los tiempos” (Gál.4, 4).

Y explica en qué sentido ya “no habrá más tiempo”: “En los días en que el séptimo ángel haga oír su voz y toque la trompeta, entonces se cumplirá el Misterio de Dios, como El ha anunciado a sus siervos los profetas”. Ese Misterio de Dios es el que San Pablo llama “el Misterio de su Voluntad” (Ef.1,9). Este es el contenido del Librito, el mensaje de la nueva evangelización.

“A continuación la voz que yo había oído del Cielo me habló de nuevo: –Ve a coger el Librito abierto de la mano del Angel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Entonces me acerqué al Angel y Le supliqué que me diera el Librito. Y me dijo: –Tómalo y devóralo; te llenará de amargura las entrañas, pero en la boca lo sentirás dulce como la miel. Tomé el Librito de mano del Angel y lo devoré; en la boca lo sentí dulce como la miel, pero cuando lo asimilé sentí en las entrañas toda su amargura. Entonces se me dijo: –TIENES QUE PROFETIZAR DE NUEVO a muchos pueblos, naciones y reyes”

¡Esta es, exactamente, LA NUEVA EVANGELIZACIÓN!


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Una cosa es, por tanto, evangelizar de nuevo, y otra es la nueva evangelización. Hasta ahora no se ha hecho distinción entre ambas cosas, porque toda la atención ha sido puesta en el hombre más bien que en el Proyecto de Dios, o sea, en el estado de salud espiritual de los cristianos (actualmente masas de bautizados más o menos paganos), y no otro tanto en la Voluntad de Dios, ya que también, entre todos los temas de la Revelación, éste es el que el Señor ha tenido que dejar para el final, siendo el más grande y el que viene a coronar la entera Revelación...

Como dijo Isaías (5,12): “Hay arpas y cítaras, panderos y flautas y vino para sus banquetes; pero no se fijan en lo que hace el Señor, no ven la obra de sus manos”.

El problema es que, mientras que antes la barca de la Iglesia pescaba los hombres en el lago del mundo, ahora es urgente pescarlos en ese lago que de hecho se ha vuelto la Iglesia. Una pesca urgente, porque además es en concurrencia con otros “pescadores”.

El Papa Juan Pablo II dio esta consigna desde el comienzo de su pontificado, en la conferencia del episcopado latinoamericano en México (1979) y más adelante en Haiti (1983) y en Uruguay (1988), con esta frase famosa: “La evangelización ha de ser nueva en el ardor, en sus métodos y en su expresión”.

Nueva en el ardor: “He venido a traer el Fuego a la tierra, ¡y cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!” (Lc.12, 49). No puede ser más que obra del Espíritu Santo. “Yo pongo –dice el Señor– en tu boca mis palabras, que serán como un fuego y este pueblo será la leña que el fuego devorará” (Jer.5, 14).

Pero antes que devorar a los otros, el mismo evangelizador ha de sentirse devorado por ese ardor incontenible: “Me decía: ¡No pensaré más en El, ya no hablaré más en su nombre! Pero en mi corazón había como un fuego ardiente, metido en mis huesos; me esforzaba por contenerlo, pero no podía” (Jer. 20, 9). “Porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lc.6, 45). “Y cuando os entreguen en sus manos, no os preocupéis de cómo o qué cosa tenéis que decir, porque en ese momento os será sugerido lo que tenéis que decir: pues no seréis vosotros los que habléis, sino será el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros” (Mt.10, 19-20).

Así pues, también ha de ser nueva en los métodos y en la expresión, naturalmente conformes al Protagonista de la nueva evangelización, el Espíritu Santo. A veces sin embargo sucede que el corazón del evangelizador, si no está renovado según el Querer del Espíritu Santo, recurre a métodos y a expresiones tal vez diferentes, pero que siguen siendo cosas humanas, lejos de esa novedad que él no conoce. De este modo los métodos y expresiones, que son medios para la evangelización, se convierten de hecho en el fin. Todo acaba en inventarnos nuevos métodos y expresiones, sin haber comprendido que ahora el Señor está preparando una cosa nueva… Vemos pues la necesidad del anuncio nuevo, casi sacudiéndonos del sopor, según las palabras del Señor: “¡No recordéis ya las cosas pasadas, no penséis más en las cosas de antes! Pues he aquí que Yo hago una cosa nueva: ahora precisamente está germinando, ¿no os dais cuenta?” (Is.43, 18-19).

Y el anuncio nuevo –aunque es antiguo– es el que Jesús proclamó y que encomendó a los setenta y dos discípulos: “¡EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA DE VOSOTROS!” (Lc.10, 9).

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“¿Cuándo vendrá el Reino de Dios?”, Le preguntaron los fariseos a Jesús (Lc.17, 20). ¿Pero de qué sirve saber cuándo vendrá, si no se sabe lo que es? ¿Y sobre todo, si no se posee?

Jesús respondió: –“El Reino de Dios no viene llamando la atención, y nadie podrá decir: está acá o está allá, porque el Reino de Dios está en medio de vosotros”. Efectivamente, el Reino de Dios está por entero en Jesús. Y Jesús y María estaban aún entre ellos.

Pero ¿en qué consiste el Reino de Dios, o sea, que Dios reine? Consiste en que su Voluntad se cumpla. ¿Mas cómo?

En Dios (en las Tres Divinas Personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) se cumple perfectamente: es su Vida, la sustancia de su Ser Divino, de su gloria y felicidad, la sustancia de sus infinitos atributos. Este es el Reino preparado para nosotros “desde la fundación del mundo” (Mt. 25, 34). En efecto, Dios es de por Sí “el Señor”: Él reina en el Cielo. Pero aquí, sobre la tierra, ha tenido que venir su Divino Hijo para hacer que el Padre pueda tener su Reino. Hablando de El, Isaías dijo:

“Cuando se ofrecerá a Sí mismo en expiación, verá una descendencia, tendrá larga vida, se cumplirá por medio de El la Voluntad del Señor” (Is.53, 10).

“Por eso, entrando en el mundo, Cristo dice: Tú no has querido ni sacrificio ni oferta, pero Me has dado un cuerpo… Entonces he dicho: heme aquí que vengo –como de Mí está escrito en el volumen del Libro– para hacer, oh Dios, tu Voluntad” (Heb.10, 5-7).

Y Jesús ha dicho: “Yo no puedo hacer nada por Mí mismo; juzgo según lo que escucho y mi juicio es justo, porque no hago mi voluntad, sino la Voluntad de Aquel que Me ha enviado (Jn.5, 30). “El que Me ha enviado está conmigo y no Me ha dejado solo, porque Yo hago siempre lo que Le agrada” (Jn.8, 29).

Por tanto, la Voluntad del Padre ha establecido su Reino en Jesús. Ha comunicado todos sus atributos y prerrogativas divinas a su Humanidad, hasta hacerle ser “perfecto, como el Padre Celestial es perfecto” (Mt.5, 48). Y Jesús, “aun siendo el Hijo, aprendió lo que es obediencia de las cosas que
sufrió y, hecho perfecto, ha llegado a ser causa de salvación eterna para los que Le obedecen”
(Heb. 5, 8-9).

Así pues, el Reino de Dios es el cumplimiento de su Voluntad. No sólo que se cumplan sus órdenes, lo que El quiere, sino el cumplimiento , de esa Voluntad en cuanto talen Sí misma y en todo su Proyecto eterno, siendo la Vida operante de Dios. Las palabras “así en la tierra como en el Cielo”, en Jesús y María son perfecta realidad, “así en el Hijo como en el Padre”, mientras que en nosotros han de ser un deseo ardiente, una invocación incesante, puesto que son una Promesa divina.

San Agustín dice: “Hágase en la Iglesia como en Nuestro Señor Jesucristo; hágase en la Esposa, que a El ha sido prometida, como en el Esposo, que ha hecho la Voluntad del Padre”.

Jesús ha hecho reinar al Padre en su Vida, en su Stma. Humanidad: “Se humilló a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil.2, 8). Se ha negado en todo a Sí mismo para afirmar al Padre; se ha privado de todo, para que el Padre Lo llenara y fuese todo en El…
“¿No crees que Yo soy en el Padre y el Padre es en Mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta, sino el Padre, que es en Mí, cumple sus obras” (Jn.14, 10). Por eso dice, “quien Me ve a Mí ve al Padre” (Jn.14, 9).

Esta es la gloria que Jesús le ha dado al Padre: “Yo Te he glorificado sobre la tierra cumpliendo la obra (de la Redención) que Me encomendaste”. Por eso ha pedido al Padre que a su vez lo glorificara: “Y ahora, Padre, glorifícame ante Ti con aquella gloria que tenía a tu lado antes que el mundo existiera”. (Jn.17, 4-5).

Así pues, también el Padre quiere hacer que el Hijo reine: “Por eso Dios lo ha exaltado y le ha dado el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en el infierno, y toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, a gloria de Dios Padre” (Fil.2, 9-11).

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El Hijo de Dios se ha encarnado por tres motivos, cuya explicación está en el misterio inefable de la Vida íntima de Amor de las Tres Divinas Personas. Se ha hecho hombre:

-Para presidir la Creación: “El es la imagen de Dios invisible, engendrado antes de todas las criaturas, pues por medio de El todas las cosas han sido creadas, las de los cielos y las de la tierra, las visibles y las invisibles: Tronos, Dominaciones, Principados y Potestades. Todas las cosas han sido creadas por medio de El y para El. El es antes que todas las cosas y todas subsisten en El” (Col. 1,15-17). “…El plan de recapitular en Cristo todas las cosas, las del Cielo y las de la tierra” (Ef. 1,10).

-Para llevar a cabo la Redención: “Jesucristo ha venido al mundo para salvar a los pecadores, y de ellos el primero soy yo” (1ª Tim.1, 15). “Ahora el Hijo de Dios ha venido para destruir las obras del demonio” (1ª Jn.3, 8).

-Y para tener su Reino: “Entonces Pilatos le dijo: ‘¿Así que Tú eres Rey?’. Respondió Jesús: ‘Tú lo dices, Yo soy Rey. Para eso nací y para eso vine al mundo y he de dar testimonio de la verdad” (Jn.18, 37). Lo había dicho el Angel a María: “El Señor Dios le dará el trono de David su padre y reinará para siempre en la casa de Jacob y su reino no tendrá fin” (Lc.1, 32-33).

“Pues es necesario que reine hasta que no haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies” (1ª Cor.15, 25).

¿Pero dónde está este Reino?… Porque basta que nos miremos alrededor para darnos cuenta de que otros son los que nos dominan. “Nosotros sabemos que somos de Dios, mientras que todo el mundo yace bajo el poder del maligno” (1ª Jn.5, 19), a pesar de la Redención. “Habiéndole Dios sometido todas las cosas, nada ha dejado que no le esté sometido. Sin embargo actualmente no vemos todavía que cada cosa Le esté sometida” (Heb. 2, 8).

Por tanto Jesucristo es Rey de un Reino“que no es de este mundo” (Jn.18, 36), pero que aún ha de venir al mundo, como pedimos en el Padre nuestro. “He venido a traer el Fuego a la tierra, ¡y cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!” (Lc.12, 49). La venida de Jesús como Rey será la manifestación y el triunfo de su Reino. Así lo vemos en el evangelio de San Lucas, 19, 11-27:

“…Jesús añadió otra parábola, porque ya estaba cerca de Jerusalén y ellos creían que el Reino de Dios estuviese a punto de manifestarse de un momento a otro. Les dijo: Un Hombre de noble linaje (El mismo) se fue a un país lejano (el día de su Ascensión) para recibir el título de Rey y luego regresar (…) Pero sus paisanos Lo odiaban y enviaron tras él una delegación diciendo: No queremos que Este venga a reinar sobre nosotros. Cuando hubo regresado tras haber obtenido el título de Rey, hizo llamar a sus siervos…”, etc.

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Por otra parte un Reino no se forma con una sola persona. De hecho, Jesucristo, como Lo describe el Apocalipsis en el momento de su gloriosa Parusía, “lleva un nombre escrito en el manto y en el muslo: Rey de reyes y Señor de señores” (Apoc.19, 16). No es “rey de siervos”, “de empleados” o “de mercenarios”, sino “de reyes”, porque es el Rey que hace reinar a todos con El. En la carta a la séptima iglesia, la del tiempo de su regreso, dice: “He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y Me abre la puerta, Yo vendré a él y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le haré sentarse conmigo, en mi trono, como Yo he vencido y Me he sentado con mi Padre en su trono (Apoc.3, 20-21).

Este Reino del Padre está por entero en Jesús. Este Reino es para nosotros: ¡a él somos llamados, a él nos está llamando! ¡He aquí el tema de la “nueva evangelización”! Es necesario y urgente conocer y anunciar esto: que la Divina Voluntad viene a reinar y está llamando con infinita Misericordia a las puertas de esta humanidad que está entrando en el umbral del tercer milenio: “He aquí que estoy a la puerta y llamo” (Apoc.3, 20). Y el Papa Juan Pablo II nos ha dicho desde el comienzo de su pontificado: “¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!”

El Señor dijo otra parábola, en la que cada uno de nosotros debe comprender cuál es su respuesta ante la nueva evangelización:

“El reino de los Cielos es semejante a un Rey que preparó un banquete de bodas para su Hijo. Mandó a sus siervos a llamar a los invitados a las bodas, pero éstos no quisieron ir. De nuevo mandó a otros siervos diciendo: He preparado el banquete; mis terneros y mis animales cebados ya están listos y todo está preparado; venid a las bodas. Pero ellos no hicieron caso y cada quien se fue a su propio campo o a sus asuntos; otros cogieron a los siervos, los insultaron y los mataron. Entonces el Rey se indignó y enviando a sus soldados acabó con aquellos asesinos, entregando su ciudad a las llamas. Después dijo a sus siervos: El banquete de bodas está preparado, pero los invitados no eran dignos; id ahora a los cruces de caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a las bodas… Saliendo a los caminos, aquellos siervos recogieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala se llenó de comensales. El rey entró para ver a los invitados y viendo a uno que no llevaba el traje de boda le dijo: Amigo, ¿cómo has podido entrar aquí sin el traje de boda? El otro enmudeció. Entonces el rey ordenó a los siervos: atadlo de pies y manos y echadlo afuera, a las tinieblas; ahí habrá llanto y rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos” (Mt. 22, 1-14).


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Dicho lo cual, alguien puede pensar: Que Jesucristo es el Rey del Universo, ya lo sabemos; desde 1925 esa fiesta ha sido establecida por la Iglesia. Desde entonces ha recibido de la Iglesia el título de Rey. Que El ha hecho perfectamente la Voluntad del Padre y que también nosotros debemos hacerla, también lo sabemos… ¿Entonces, dónde está la novedad?

Detrás de esta duda, sin embargo, hay algunas ideas confusas e inexactas, que hace falta revisar. Por ejemplo:

- Es verdad que “el Reino de Dios no es cuestión de comida o de bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rom.14, 17), pero en el mejor de los casos, esta es la idea que se tiene del Reino. Falta en ella una relación explícita entre el Reino de Dios y el cumplimiento de su Voluntad.

- La idea de que el Reino de Dios equivale a la bienaventuranza del Cielo, después de la muerte. Es cierto que Dios reina en la Patria Celestial, en sus hijos glorificados, ¿pero cómo es que la Iglesia sigue pidiendo que “venga”, en vez de pedir “que vayamos”?

- La idea de que el Reino de Dios ya haya venido con la Encarnación del Verbo y que a partir de entonces ya esté presente en la tierra, por lo que no hay nada más que esperar, sino que se acabe el mundo. Es verdad que ya ha estado en la tierra, antes que el hombre cometiera el primer pecado, y después de tantos siglos, cuando vino al mundo la Inmaculada y el Verbo se encarnó. Jesucristo ha llevado a cabo la Redención, y a partir de entonces “el Reino de la Redención” está definitivamente presente en la Iglesia. ¿Pero cómo es que la Iglesia sigue pidiendo, después de dos mil años, el Reino de Dios, diciendo “venga”, en vez de decir, por ejemplo, “tu reino, que ya ha venido, que sea confirmado”, o algo parecido?

Hacer la Divina Voluntad, entendiendo con esto ser fieles a lo que Dios dispone o cumplir sus órdenes, no es una novedad. Eso lo han hecho todos los Santos, en todos los tiempos, porque sin Ella no puede haber virtud ni santidad. Pero cada uno toma y tiene una relación con Ella en la medida que se le concede conocerla. Y es iniciativa de Dios y un don de su Gracia dar a conocer las verdades que Le pertenecen.

¿Qué es lo que hasta ahora ha conocido el hombre de la Voluntad de Dios? Su Ley, sus mandamientos, lo que quiere o no quiere. La Voluntad de Dios como complemento directo, pero no todavía como sujeto y verbo. De su eterna y soberana Voluntad, ni lo que es, ni lo que Le pertenece, ni lo que hace.

Y por más que en el Evangelio vemos elocuentes alusiones del Señor a la Voluntad del Padre, haciendo comprender que es lo más importante, la explicación y la finalidad de todo en su Vida, por entonces no pudo entrar en otras explicaciones. Si el hombre no conocía lo de menos, ¿cómo habría podido conocer lo más grande? Si aún no sabía andar, ¿cómo habría podido aprender a volar? Antes tenía que reeducarlo, redimirlo, darle la Gracia, hacerlo hijo de Dios, asegurar su salvación, dejando para más adelante –cuando llegara el tiempo establecido por el Padre– el descubrimiento de su Herencia, darle de nuevo el don de su Adorable Voluntad y con Ella la semejanza divina que perdió Adán, hacerle ser una sola cosa con El, darle no sólo la salvación, sino su misma Santidad Divina…

Y ese tiempo establecido por Dios ya ha llegado.

Hacer la Divina Voluntad no es la novedad; la novedad es que Dios nos está invitando a vivir en su Querer, como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo viven este Querer eterno. Hacer una casa no es lo mismo que vivir en ella, una vez acabada y declarada habitable.

La novedad es la Divina Voluntad obrando en la criatura y la criatura obrando de un modo divino en Ella.

La novedad es esta Gracia de las gracias, este Don de los dones: que no sólo hagamos su Voluntad (lo que Dios nos manda), sino que la tengamos como nuestra, como vida de nuestra vida, para vivir y reinar con Ella y en Ella.

La novedad es este intercambio continuo de la voluntad humana y la Divina, porque el alma, temiendo de la suya, pide que sea sustituida para cada cosa y en cada momento por la Voluntad misma de Dios, la cual la va colmando de su alegría, de su amor y de sus bienes infinitos, devolviéndole la semejanza divina y la finalidad para la que el hombre fue creado por Dios, que era vivir como hijo de Dios, tomando parte en todos sus bienes

La novedad es que Jesús, mediante el don de su Voluntad en la criatura, forma en ella su Vida y su Presencia real, y esta criatura Le sirve de Humanidad. Evidentemente, no por una especie de “unión hipostática” (dos naturalezas y una sola persona), sino por la unión de dos voluntades, la humana y la Divina, unidas en un solo Querer Divino. Esta criatura forma así el triunfo de Jesús, es otro Jesús, no por naturaleza, sino por un don de Gracia, según dice S. Juan: “…Para que como El es, así seamos también nosotros en este mundo (1ª Jn.4, 17).

En eso consiste su Reino, el Reino del Querer Divino, no ya el Reino de la Redención, que es el medio, mientras que el de su Voluntad es el fin.

Esta es la finalidad de la obra de la Creación, este es el fruto pleno de la obra de la Redención, esta es la meta y la culminación de la obra de la Santificación. Esta es la novedad de la “nueva evangelización”, su inesperado contenido necesario y urgente.

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¿Pero cómo conocemos esta novedad? Pues, aunque es cierto que todas las premisas se encuentran en la Revelación pública –ya hemos podido darnos cuenta–, de ello sin embargo no hablan los Santos, ni el Magisterio de la Iglesia, y ni siquiera las revelaciones privadas hechas a místicos y carismáticos. Ni tampoco podía ser elaborada por Doctores de la Iglesia o por eminentes teólogos, a partir de cuanto se encuentra en las fuentes de la Revelación. Pero entonces, ¿de dónde procede esta doctrina? Sin querer prevenir el juicio de la Autoridad de la Iglesia (que en cierto modo ya ha empezado a darlo), no podía venir más que de Nuestro Señor. Como dice El mismo:

“La doctrina sobre mi Voluntad es la más pura, la más bella, sin sombra de materia o de interés, tanto en lo sobrenatural como en lo natural. Por eso será, a la manera del sol, la más penetrante, la más fecunda y la más bienvenida y acogida, y siendo luz, por sí misma se hará comprender y se abrirá camino. No estará sujeta a dudas, a sospecha de error, y si alguna palabra no se entenderá será por la demasiada luz, que eclipsando la inteligencia humana, no podrán comprender toda la plenitud de la verdad, pero NO ENCONTRARÁN NI UNA PALABRA QUE NO SEA VERDAD; todo lo más no podrán comprenderla del todo”.

Estas palabras, indiscutibles, se leen en el “diario” autobiográfico de Luisa Piccarreta, “la pequeña Hija de la Divina Voluntad” (cuya Causa de beatificación fue abierta en la fiesta de Cristo Rey de 1994), en el Volumen 16°, el 10 de Febrero de 1924, como palabras dichas por Nuestro Señor.

El único Hombre que ha podido decir ante el mundo, sin miedo a ser desmentido, “¿Quién de vosotros puede reprocharme algún pecado?” (Jn.8, 46), ha podido decir: en esta doctrina “no encontrarán ni una palabra que no sea verdad”. De no ser así nos encontraríamos ante una presunción temeraria y ridícula, ante “el alma más soberbia de este mundo”, como dice Luisa. Exactamente en las antípodas de lo que es su persona y su vida. Y ella escribe:

“Entonces, oyendo eso, he dicho: –“Amor mío, Jesús, ¿pero será posible que después de tantos siglos de vida de la Iglesia, que ha dado tantos santos, (muchos de los cuales han asombrado Cielo y tierra con sus virtudes y con las maravillas que han hecho), no tenían que hacer todo en el Divino Querer, realizando ese plan que Tú dices? ¿Me estabas esperando precisamente a mí, la más incapaz, la más mala e ignorante, para hacer eso? De veras que parece increíble!”

Y Jesús: –“Oye, hija mía, mi sabiduría tiene medios y caminos que el hombre ignora, que tiene el deber de doblegar la frente y adorar en mudo silencio, y a él no le toca dictarme leyes, decirme a quien tengo que elegir y el momento oportuno que mi bondad dispone.

Y además, antes tenía que formar a los santos que debían parecerse a Mí y copiar lo más perfectamente posible mi Humanidad, en la medida que es posible a una criatura, y eso ya lo he hecho. Ahora mi bondad quiere ir más allá y quiere exagerar aún más en el amor, y por eso quiero que entren en mi Humanidad y copien lo que el alma de mi Humanidad hacía en mi Divina Voluntad.

Si los primeros han cooperado en mi Redención, salvando las almas, enseñando la Ley, desterrando la culpa, limitándose a los siglos en que han vivido, los segundos irán más allá, copiando lo que hacía el alma de mi Humanidad en la Divina Voluntad, abrazarán todos los siglos, a todas las criaturas, y elevándose por encima de todos, pondrán en vigor mis derechos sobre la Creación, que atañen a las criaturas, llevando todas las cosas al estado originario de la Creación y a la finalidad para la que la Creación fue hecha. Todo es ordenado en Mí; si hice salir la Creación, tiene que volver a Mí ordenada, como salió de mis manos.

El primer proyecto de los actos humanos convertidos en divinos en mi Querer ya ha sido hecho por Mí. Lo dejé como en suspenso y las criaturas, a excepción de mi querida e inseparable Mamá, nada han sabido y eso era necesario. Si el hombre no conocía el camino, la puerta, las estancias de mi Humanidad, ¿cómo iba a poder entrar en Ella y copiar lo que Yo hacía?

Ahora ha llegado el tiempo de que la criatura entre en este proyecto y que también realice el suyo en el Mío. ¿Qué tiene de extraño que te haya llamado a ti la primera?

Y luego, es tan cierto que te he llamado a ti la primera, que a ninguna otra alma, por más que Me sea querida, le he manifestado el modo como se vive en mi Querer, sus efectos, las maravillas y los bienes que recibe la criatura que obra en el Querer Supremo. Examina todas las vidas de santos que quieras, o libros de doctrina: en ninguno hallarás los prodigios de mi Querer que obra en la criatura y la criatura que obra en el Mío. Todo lo más encontrarás la resignación, la unión de los quereres, pero el Querer Divino operante en ella y ella en el Mío, en ninguno lo encontrarás. Eso significa que no había llegado el tiempo en que mi bondad había de llamar a la criatura a que viva en este estado sublime. Igualmente, el mismo modo como te hago orar no se encuentra en ningún sitio. Por eso, sé atenta: mi justicia lo quiere y exige, mi amor delira; por lo cual mi sabiduría dispone todo para lograr lo que quiere. Son los derechos y la gloria de la Creación, lo que queremos de ti”
. (Vol. 14°, 6 de Octubre de 1922).

“Examina todas las vidas de santos que quieras, o libros de doctrina: en ninguno hallarás los prodigios de mi Querer que obra en la criatura y la criatura que obra en el Mío”. Es el desafío a nuestra presunción; una afirmación fácil de comprobar. Esas palabras, si fueran de Luisa, serían sumamente temerarias e imprudentes, más aún, lo repetimos, sería “el alma más soberbia del mundo”, como ella dice; de lo contrario… sólo Jesús puede hablar así. Serían, o una gran locura (en contradicción con la perfecta coherencia de su pensamiento y de su vida), o por el contrario son verdad que no admite réplicas… A quien le corresponda, “la difícil sentencia”.

“… Es por eso también que a menudo te hablo del vivir en mi Querer, que hasta ahora no he manifestado a nadie; todo lo más han conocido la sombra de mi Voluntad, la gracia, la dulzura que contiene el hacerla, pero penetrar en Ella, abrazar su inmensidad, multiplicarse conmigo y penetrar en todo, en el Cielo y en los corazones, aun estando en la tierra, dejar los modos humanos y obrar con modos divinos…, esto no se conoce todavía, tanto que parecerá extraño a no pocos y quien no tenga abierta la mente a la luz de la Verdad no entenderá ni una palabra. Pero Yo poco a poco Me abriré camino, manifestando ya sea una verdad, ya sea otra de este vivir en mi Querer, tanto que acabarán comprendiéndolo…” (Vol. 12°, 29 de Enero de 1919).

“Todo lo que he dicho sobre mi Voluntad no es más que preparar el camino, formar el ejército, reunir el pueblo elegido, preparar el palacio, disponer el terreno en que ha de formarse el Reino de mi Voluntad y por tanto regirlo y dominarlo. Por eso, la tarea que te encomiendo es grande; Yo te guiaré, estaré a tu lado, para hacer que todo se haga según mi Voluntad” (Vol. 19°, 18 de Agosto de 1926).

“Gracia más grande no podría conceder en estos tiempos tan tempestuosos y de carrera vertiginosa en el mal, que hacer saber que quiero conceder el gran don del Reino del ‘FIAT’ Supremo; y para confirmarlo, lo estoy preparando en ti con tantos conocimientos y dones, para que nada falte al triunfo de mi Voluntad. Por eso, sé atenta al depósito de este Reino que pongo en ti” (Vol. 19°, 9 de Septiembre de 1926).

“…Ahora, como en la Creación, mi Amor se desborda fuertemente y el Reino de mi Voluntad está decretado, porque quiere su vida en medio de las criaturas. Y por ello, haciendo alarde de toda su magnificiencia, sin fijarse en sus méritos, con magnanimidad insuperable quiere volver a dar su Reino. Tan sólo quiere que las criaturas lo sepan, que conozcan sus bienes, para que conociéndolos suspiren y quieran el Reino de la santidad, de la luz y de la felicidad, y que así como una voluntad lo rechazó, así otra lo llame, lo suspire y lo haga venir a reinar en medio de las criaturas.

De ahí la necesidad de sus conocimientos. Si no se conoce un bien, no se desea ni se ama. Por eso, los conocimientos serán los mensajeros, los embajadores que anunciarán mi Reino. Mis conocimientos sobre mi ‘FIAT’ unas veces tomarán el aspecto de Soles, otras de truenos, otras de relámpagos de luz, otras serán como vientos impetuosos, que llamarán la atención de sabios e ignorantes, de los buenos y también de los malos; que caerán en sus corazones como rayos y con fuerza irresistible los derribarán, para hacer que resuciten en el bien de los conocimientos adquiridos; formarán la verdadera renovación en el mundo; tomarán todas las actitudes para atraer y vencer a las criaturas…”
(Vol. 23°, 30 de Octubre de 1927).

* * *

A todos los que consagran su vida a conocer y a dar a conocer la Divina Voluntad, a estos apóstoles de los últimos tiempos, comprometidos en esta “nueva evangelización”, Luisa dice:

Hijos queridísimos, se ve que el demonio se roe de rabia para no dejar que se conozca la Divina Voluntad. No hace falta que se lo mande por obediencia, se lo mandaría mil veces; pero es absoluta Voluntad de Dios que nos ocupemos en darla a conocer, incluso a costa de nuestra vida; y en vez de ser una presunción, como ustedes dicen, sería el más sacrosanto deber, y a quien se ocupe de ello Jesús lo tendrá como el predilecto de su Corazón, dándole el primado en su Reino. (Carta del 3 de Junio de 1940).

“…Al oír que se ocupan del ‘FIAT’ Divino, me siento llenar de felicidad y de gozo, y conmigo se alegra y se llena de contento Jesús. Gracias de todo corazón, les digo junto con mi amado Jesús. Lo que puedan hacer, háganlo; lo demás lo hará Jesús, que tanto quiere, desea y suspira que su Querer sea conocido y poseído como vida propia por la criatura, porque sólo la Divina Voluntad es el principio de nuestra vida, el medio y el fin de nuestra existencia…” (Carta sin fecha a F. Abresch).

“…Que el Querer Divino les recompense, haciéndoles conocer su Divina Voluntad, porque su Vida crece en nosotros en la medida que la conocemos. No se puede poseer un bien si no se conoce, y a medida que se conoce se va ensanchando nuestra capacidad y toma en nosotros su puesto regio. Entonces aumenta en nosotros su Santidad, su Belleza, su Amor y forma en nuestra alma sus pequeños mares divinos. Por eso, toda la astucia del enemigo es impedir que el conocimiento de la Divina Voluntad salga a la luz, porque perdería su reino en la tierra (…)

No pueden dar gloria más grande a Dios ni mayor bien a las criaturas, que llevar a muchos hijos a que vivan en su Querer. Han de saber que, por todo lo que se hace por darla a conocer, la Divina Voluntad toma su puesto en nosotros y Ella lo hace todo; nosotros no somos sino colaboradores y Le damos el lugar para hacerla obrar y hacer lo que quiere. Se puede decir que Le damos el paso para hacerla caminar, las manos para hacerla obrar, la voz para hacerle hablar (…) Creo con certeza que el buen Jesús agradece lo que ustedes hacen por aumentar los hijos del Querer Divino; es más, deben saber que todo lo que hacemos para hacer conocer la Divina Voluntad, tanto es su amor, que El mismo lo hace en nosotros: El es quien habla, quien actúa, quien nos mueve; tan grande es su contento, que lo hace todo El. Así pues, sigan llamando a muchos hijos entorno al Padre y a la Madre Celestial…”
(Carta del 26 de Mayo de 1942).

“…Gracias por todas vuestras atenciones. ¡Oh, cómo quisiera emplear toda mi vida en dar a conocer a todos la Divina Voluntad! Estos son los suspiros, las ansias, las locuras de amor del amado Jesús, que quiere hacer que todos conozcan la Divina Voluntad para hacer que la posean, porque poseyéndola realiza las más bellas maravillas, los prodigios más grandes en nuestras almas (…) Por tanto, cueste lo que cueste, aunque nos cueste la vida, démosle el derecho de dejarla que viva en nosotros, de hacerle que domine y reine. Hagamos nuestro deber, ya sea con la palabra o ya sea por escrito: arrojaremos tantas semillas divinas en las almas, que formarán la Generación divina en sus actos, que se volverán Soles, para dar luz a todos…” (Carta del 20 de Agosto de 1942).

“…Le pido a Jesús que les de siempre nuevas gracias, nueva luz, para hacer comprender a todos lo que es vivir en el Querer Divino. Oh, cómo lo suspira Jesús y llega hasta llorar, porque quiere que conozcamos la Santa Divina Voluntad, para que reine y domine en todo el mundo y porque es decreto de la Trinidad Sacrosanta, que la Divina Voluntad se haga en la tierra como en el Cielo. Como fue decretada la Creación y la Redención, así está decretado el Reino de la Divina Voluntad en la tierra (…) Por eso digan a todos que no hay cosa más grande, prodigio más estrepitoso que el vivir en el Querer Divino. Nosotros nos ponemos a disposición de Dios y El se pone a disposición nuestra, hasta hacernos formar tantos Jesús por cuantos actos hacemos en su Santa Voluntad. Los mares del Querer Divino no se conocen todavía. Si los conocieran, se arrojarían al mar del Querer Divino para hacer vida perenne”… (Carta del 15 de Enero de 1945).

Por parte de Jesús, “todo está preparado y hecho; no falta más que abrir las puertas y hacer que se conozca, para hacer que el hombre tome posesión” (Vol. 16°, 21 de Septiembre de 1923).

Por parte nuestra, “nos debería interesar mucho hacer que se conozca este Reino del Divino Querer y el vivir en El” (Carta del 30 de Abril de 1939).

* * *

“Hija mía, ¡cuánto Me interesa mi Voluntad! ¡Cómo deseo y suspiro que sea conocida! Es tan grande mi interés, que estoy dispuesto a dar cualquier gracia a quien quiera ocuparse en darla a conocer. ¡Oh, cómo quisiera que se hiciera pronto…!” (Vol. 19°, 18 de Agosto de 1926).




P. Pablo Martín
Enero 1996 .




De la página web de P. Pablo Martín
http://w.w.w.utenti.lycos.it/evangelizzazione
http://digilander.liberto.it/adveniat

domingo, junio 04, 2006

Percibiendo la realidad...



Mi Señor: por este amor tan grande que me tienes, y por tu infinita misericordia, yo creía que me ayudabas, que me dirigías algo mi vida, y yo basándome en ello, creyendo que te he dado algo o suficiente, me dediqué a vivir así como estoy viviendo. Y como tú te me manifestabas y te sentía en ciertos momentos de mi vida, creía que estás o has estado siempre conmigo; pero, en realidad, no ha sido así. Yo me lo he creído y te he querido ignorar, y llevar así mi vida a mi manera engañándome inconscientemente, haciéndome creer que Tú me la llevabas, me la dirigías y así vivía y vivo pensando que tú quieres que viva así.

También reconozco, de todo corazón, que hasta ahora he sido yo, ha sido mi deseo, mi voluntad quien llevaba mi vida, y he tratado siempre de vivir haciendo todo, por lo tanto, a mi manera, esforzándome en todo yo solo, haciendo casi todo yo solo, sin escucharte a Ti, pensando además que era de tu agrado o tu deseo todo lo que hacía y que, por lo tanto, Tú me ayudabas.

Eso y mucho mas era lo que yo pensaba, creía; pero ahora lo reconozco y acepto sinceramente, honestamente, de todo corazón, que yo te he faltado, fallado, que he hecho mi voluntad en mi vida, a mi vida la he querido llevar yo, prevaleciendo en ella mis propios deseos e intereses, mis gustos, mis emociones, mis sentimientos, mi manera de pensar, sentir, decidir, deducir, mis obras, mis aptitudes, actitudes, mi todo; y en todo ello estaba reflejada la manera, el cómo me formaron, de acuerdo a las costumbres, esquemas, parámetros de lo que yo recibí, bien sea de mis generaciones, de mis antepasados, o de mi infancia, de mi adolescencia, mis estudios, enseñanzas y mucho más, por lo que tengo en mi inconsciente.

Reconozco, de todo corazón, que a través de ello, de todo eso, he sido yo quien ha llevado mi vida porque no me he dispuesto, no he estado disponible lo suficientemente a ti, Señor, para ti, Señor, como tú deseas, como Tú quieres para el bien de nosotros, y para deleite tuyo; porque por ese gran amor que nos tienes Tú quieres que yo viva mejor, como debe vivir todo amado servidor tuyo, y así ser un representante tuyo, mi Cristo, Señor de Señores, como tiene que ser, llevando así tu nombre bien en alto, y reconociéndote de corazón delante de todo el mundo como mi Señor y Salvador, llevándote a todas partes como Tú quieres que se te conozca, porque así ya no sería yo el único hablando, pensando, sintiendo, sino que tú, Cristo, vivirías en mi permanentemente, y no sólo por momentos, como hasta ahora lo he sentido en mi vida. Yo te he dado mi vida por momentos, por lo tanto algo de ella y no toda como te la entrego ahora.

A partir de este momento estoy dispuesto a dártela toda, toda mi vida; entregándome a ti completamente abandonarme en tus brazos para que Tú hagas con toda mi vida, mi ser, mi alma, mi corazón, mi espíritu, lo que Tú quieras. Disponible estoy para que tu continúes o comiences a hacer tu obra en mí. Y para esto Tú debes limpiarme, sanarme, liberarme, purificarme.

Por lo tanto: “Señor Jesucristo, amado mío, aquí estoy, heme aquí. Yo seré esa persona que tu quieres que sea, y yo haré lo que tu quieras, cuanto tu quieras, como tu quieras, e iré donde tu quieras que vaya. Heme aquí, amado mío. Te amo, Jesús, pero quiero amarte más, como me pides en el primer mandamiento: con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas. No quiero fallarte más, no quiero hacerte sufrir más; solo quiero darte alegrías, alivio en tus dolores, apaciguar tus sufrimientos por los demás, amarte más y amarte, sobre todo, por los que no te conocen, y por ellos compartir tus penas.
Aquí estoy, Señor, dispuesto a hacer tu voluntad y tu querer"
Amén.
("Reconocimiento", un artículo de:

viernes, junio 02, 2006

Un "ANUNCIO" insólito; para Obispos, Sacerdotes y Religiosos, de autor anónimo.




Noviembre 21 del 2004
Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.

Muy queridos hermanos Obispos, Sacerdotes y Religiosos en nuestro Señor Jesucristo:

Dios en Su Providencia y en Sus designios, me ha llevado a proclamarles de nuevo las palabras de Su Angel:

“… OS ANUNCIO UNA GRAN ALEGRÍA QUE LO SERÁ PARA TODO EL PUEBLO” Lucas. 2: 10.

Es con el amor y gozo de Dios que les envío aquí noticia del más grande Tesoro que el Señor nos quiere manifestar en este momento de la historia de la humanidad, pues el tiempo se ha cumplido para que finalmente Su Infinito valor sea conocido.

Aunque este Tesoro es para todos, pues ha sido dado por Nuestro Señor Jesucristo y transmitido a través de nuestra Santa Madre Iglesia como podrán verificar más adelante, Él, en Sus Designios, puso en mi corazón la urgencia y responsabilidad de hacer llegar esta comunicación que he tenido el privilegio de recibir, solamente a Obispos, Sacerdotes y Religiosos. Es tan solo en mi confianza absoluta en Dios, que me atrevo a dirigirme a Uds.

La importancia de lo que en este Tesoro se encierra es trascendental, y con la Gracia de Dios, les presento lo que en mi pobrísimo modo les puedo compartir como corta introducción y Noticia de Amor al respecto. Les adjunto a esta, el contenido total de este Tesoro.

Les introduzco a todo lo que en este Tesoro se encierra, en sintonía y comunión con las siguientes citas de la Sagrada Escritura, orando
“…para que sus corazones reciban ánimo y, unidos íntimamente en el amor, alcancen en toda su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del Misterio de Dios, en el Cuál están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia”. Colosenses 2: 2, 3.

“…hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo”. Efesios 4: 13.

“…no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la Gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente”…Efesios 1: 16, 17.

“Y el Dios de la Paz… os disponga con toda clase de bienes para cumplir Su Voluntad, realizando Él en nosotros lo que es agradable a Sus ojos, por mediación de Jesucristo, a Quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”. Hebreos 13: 20, 21.


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CONSAGRO ESTA COMUNICACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, MADRE DEL VERDADERO DIOS POR QUIEN SE VIVE Y MADRE NUESTRA, PORTADORA DE NUESTRO SEÑOR Y REINA DE SU REINO; LA QUE LE APLASTA LA CABEZA A LA SERPIENTE; LA QUE DARÁ A LUZ A SU HIJO EN CADA ALMA QUE QUIERA RECIBIRLO. LE PIDO A ELLA QUE CON SU AMOR MATERNO INUNDE LOS CORAZONES DE TODAS LAS ALMAS, PARA QUE SE DISPONGAN A ACOGER EL GRANDIOSO DON QUE AHORA EN ESTE TIEMPO DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD ÉL QUIERE DARNOS, Y PARA EL CUÁL, ÉL MISMO NOS ENSEÑÓ A PEDIR Y HA MANTENIDO A TODA SU IGLESIA PIDIENDO POR 2.000 AÑOS:
“PADRE… VENGA TU REINO, HÁGASE TU VOLUNTAD ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO” Mateo 6: 10.

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La Buena Noticia de Amor

“….y Yo te estoy preparando una ERA DE AMOR…! … en la que mi amor se desahogará en modo maravilloso e inaudito…… Yo te quiero junto conmigo preparando esta ERA DE AMOR CELESTIAL Y DIVINO….”
Jesús Nuestro Señor - 8 de febrero de 1921.

En esta comunicación encontrarán por primera vez, todos los escritos que contienen las Verdades y Conocimientos que fueron participados por Jesucristo Nuestro Señor, a la ahora Sierva de Dios, Luisa Piccarreta, cuya Causa de Beatificación fue abierta por la Iglesia el 24 de Noviembre de 1994, fiesta Solemnidad de Cristo Rey. El contenido de estos escritos fue recibido por Luisa directamente del Señor Jesús, y ella, bajo estricta obediencia de sus confesores, lo escribió durante un período de 40 años. Estos escritos estuvieron guardados en los Archivos del Vaticano por casi 60 años, hasta que fueron hechos accesible al Tribunal de la Causa de Beatificación en febrero de 1996. Más detalles a continuación.

La sublime importancia de estos escritos es continuamente manifestada por nuestro Señor a Luisa, y es a través de Su Iglesia que esta Noticia llegará a todos. En una de las tantísimas citas al respecto, menciono aquí la del 10 de Febrero de 1924, donde Jesús le dice: “Yo, en mi Omnividencia veo que estos escritos serán para mi Iglesia como un nuevo sol que surgirá en medio de Ella…. Por lo cuál, RENOVÁNDOSE MI IGLESIA, TRANSFORMARÁN LA FAZ DE LA TIERRA. …Tú lo verás desde el Cielo, verás el gran bien, cuando la Iglesia reciba este Alimento Celestial, que fortificándola, la hará resurgir en SU PLENO TRIUNFO”.

El Señor le dice a Luisa el 14 de Agosto de 1926, poco después de que los primeros 19 volúmenes recibieron el Imprimatur y Nihil Obstat de la Iglesia:
“Has de saber que para que mi Suprema Voluntad sea conocida, he debido preparar las cosas, disponer los medios, arrollar al Obispo… He debido de hacer uno de mis más grandes prodigios. ¿Crees tú que es cosa fácil obtener la aprobación de un Obispo?.... ¿No ves tú en la aprobación del Obispo el triunfo de mi Voluntad, y por lo tanto mi gran gloria y LA NECESIDAD DE QUE LOS CONOCIMIENTOS DEL SUPREMO QUERER SEAN CONOCIDOS…?”

*El 23 de abril de 1865, domingo “in Albis”, nació y fue bautizada Luisa Piccarreta, a quien Jesús llamó a ofrecerse como “víctima” para dar satisfacción con Él a la Divina Justicia y así obtener abundante Misericordia para sus hermanos. SETENTA AÑOS después, Ntro. Señor dijo repetidas veces por medio de Santa Faustina Kowalska, que el domingo “in Albis” tenía que ser para la Iglesia la fiesta de la Divina Misericordia. Precisamente el 23 de Abril de 1995, coincidiendo de nuevo el domingo “in Albis”, el Papa Juan Pablo II instituyó la Fiesta de la Divina Misericordia. En el año 2006, al final de otros SETENTA AÑOS, el 23 de abril coincide con esta Fiesta.
A continuación expongo en orden cronológico, algunas otras citas de varios volúmenes, en las cuáles se manifiesta muy claramente, varios aspectos de la importancia transcendental de lo que en estos escritos se encierra:

El 29 de enero de 1919 el Señor le dice a Luisa:
“Hija mía amada, quiero hacerte conocer el orden de mi Providencia. En cada período de dos mil años, he renovado al mundo: en los primeros los renové con el diluvio. En los segundos dos mil años lo renové con mi venida a la tierra, en la cuál manifesté mi Humanidad, de la Cuál como de tantas fisuras, se traslucía mi Divinidad; y los buenos y los mismos Santos de estos terceros dos mil años han vivido de los frutos de mi Humanidad y como a gotas han gozado de mi Divinidad. Ahora estamos cerca del fin de los terceros dos mil años y habrá una TERCERA RENOVACIÓN.

He aquí el porqué de la confusión general de todo: no es sino la preparación a la tercera renovación. Y si en la segunda renovación manifesté lo que hacía y sufría mi Humanidad y poquísimo lo que obraba la Divinidad, ahora, en esta tercera renovación, DESPUÉS DE QUE LA TIERRA HABRÁ SIDO PURGADA…, seré aún más magnánimo con las criaturas y llevaré a cabo la renovación con manifestar lo que mi Divinidad hacía en mi Humanidad… Mi amor quiere desahogarse y quiere dar a conocer los excesos que mi Divinidad obraba en mi Humanidad a favor de las criaturas, que superan por mucho, los excesos que externamente obraba mi Humanidad.”

11 de julio de 1923
“…tres veces la Divinidad decidió obrar “ab-extra”: la primera fue en la Creación……la segunda fue en la Redención……y la tercera es el cumplimiento de mi Voluntad, que se haga COMO EN EL CIELO ASÍ EN LA TIERRA….”

14 de julio de 1923
“….el mundo se encuentra precisamente en el punto como cuando Yo debía venir a la tierra; todos estaban en espera de un gran acontecimiento, de una era nueva, como de hecho, así sucedió; y así ahora, debiendo venir el gran Advenimiento, la ERA NUEVA en la que LA VOLUNTAD DE DIOS SE HAGA EN LA TIERRA como en el cielo, todos están en expectativa de esta era nueva, cansados de la presente, pero sin saber cuál es esta novedad…esta expectativa es una señal cierta de que la hora está cercana”.

22 de septiembre de 1924
“Hija mía, son precisamente los demonios. Quisieran que no escribieras sobre mi Voluntad…TEMEN MUCHO QUE PUDIERAN PUBLICARSE ESTOS ESCRITOS SOBRE MI VOLUNTAD, PORQUE VEN PERDIDO SU REINO EN LA TIERRA…Tratan con todo su poder de impedir tan grande Bien.”

17 de mayo de 1925
“ …pues si la Creación se atribuye al Padre, mientras que estamos siempre unidas las Divinas Personas en el Obrar, la Redención se atribuye al Hijo, y EL FIAT VOLUNTAS TUA SE ATRIBUYE AL ESPÍRITU SANTO. Es precisamente en el Fiat Voluntas Tua donde el Espíritu Santo hará desahogo de Su Obra.”

14 de Agosto de 1926
“Hija mía, el Reino de mi Divina Voluntad es invencible, Y EN ESTOS CONOCIMIENTOS HE PUESTO SOBREABUNDANTE LUZ, GRACIA Y ATRACTIVOS PARA HACERLO VICTORIOSO…Estos conocimientos serán muro altísimo y fortísimo, más que en el Edén terrenal, que IMPEDIRÁ AL ENEMIGO INFERNAL ENTRAR DENTRO para molestar a aquellos que vencidos por Ella, pasarán a vivir en el Reino de mi Divina Voluntad”.

18 de septiembre de 1938
“Yo me serviré de todos los medios de amor, de gracias, de castigos; tocaré por todos lados a las criaturas para hacer Reinar mi Voluntad. Y cuando parezca como si el verdadero bien debiera morir, RESURGIRÁ MÁS BELLO Y MAJESTUOSO. …Todo lo que he dicho sobre mi Voluntad, puedo decir que es UNA NUEVA CREACIÓN”.

Vemos también cómo el Señor en muchísimas ocasiones le habla a Luisa de Su dolor al quedar estos escritos desconocidos hasta el momento. A continuación expongo algunas de las tantas citas al respecto:

19 de marzo de 1928
“Hija mía, tú estás contenta y Yo estoy afligido, si tú supieras que peso enorme gravitaba sobre aquellos de Messina, pues mientras tenían interés de tener los escritos, los tenían para dormir; ellos eran reos de una Voluntad Divina, y viendo la inactividad con la cual los tenían, he permitido que los regresaran.

Ahora este peso gravita sobre aquellos que con tanto interés los han hecho venir; si no se ocupan, también ellos serán reos de una Voluntad Divina, y si supieras lo que significa ser reo de una Voluntad tan Santa: significa tenerla trabada, impedida, mientras que Ella anhela, suspira, que sean quitados los impedimentos, y ESTOS SE QUITARÁN CON HACERLA CONOCER. Ella está llena de Vida, se mueve por doquier, envuelve todo, y esta Vida vive como sofocada en medio de las criaturas PORQUE NO ES CONOCIDA. Ella gime porque quiere la libertad de su Vida y está obligada a tener en Ella misma los rayos de su Luz interminable, porque no es conocida. Ahora, ¿quién es el culpable de tantas penas de mi Voluntad Divina? -Quien debe interesarse en hacerla conocer y no lo hace.

¿Será que tal vez mi finalidad ha sido dar tantas noticias acerca de mi Fiat, sin el fruto deseado de hacerla conocer? No, no, quiero la Vida de lo que he dicho, quiero hacer resplandecer el nuevo Sol, quiero el fruto de tantos conocimientos que he manifestado, quiero que mi trabajo reciba el suspirado efecto. En efecto, ¿cuánto no he trabajado para disponerte a recibir conocimientos tan importantes sobre mi Voluntad? Y tú misma, ¿cuántos sacrificios no has hecho y cuántas gracias no te he dado para hacértelos hacer?

Mi trabajo ha sido largo, y cuando te veía sacrificada, miraba al gran bien que habrían hecho mis conocimientos sobre el Fiat en medio de las criaturas, LA NUEVA ERA que debía despuntar en virtud de ellos, y mi tierno Corazón mientras sufría en sacrificarte, tomaba un inmenso placer al ver el bien, la paz, el orden, la felicidad, que en virtud de ello debían recibir mis otros hijos. Cuando Yo hago cosas grandes a un alma, le manifiesto verdades importantes y las renovaciones que quiero hacer en medio de la familia humana, no es sólo para la criatura que lo manifiesto, sino porque quiero encerrar a todos en aquel bien; quiero que mis verdades resplandezcan como sol, sobre de cada uno, a fin de que quien quiera, tome la luz de ellas.

…Ve entonces cómo es necesario que sus conocimientos sean conocidos y se abran camino en medio de las criaturas, para llevar a cada una la Vida de mi Voluntad con la fuente de los bienes que Ella contiene. … pero si a estos conocimientos los dejan dormir sin ponerlos en medio de las criaturas, dejarán sin fruto los acontecimientos que estoy preparando; ¿qué cuentas me darán? Mientras que con estos conocimientos estoy preparando LA RENOVACIÓN Y LA RESTAURACIÓN DE LA FAMILIA HUMANA.”

10 de octubre de 1928
“Y como todo lo que te he dicho yace en el anonimato, Yo siento una opresión sobre mi Corazón que me comprime e impide que mis llamas de amor se eleven y hagan sus caminos. Por eso en cuanto oía leer y tomar la decisión de ocuparse para publicar estos escritos, me sentía quitar la pesadumbre y quitar el peso que comprimen las llamas de mi Corazón…”

21 de octubre de 1929
“…frecuentemente parece que hacen rumor, que quieren hacer conocer mi Divina Voluntad con publicarla, ¿pero qué? Quién es presa del temor, quién teme comprometerse, quién no acepta el sacrificarse; ahora con un pretexto y ahora con otro todo termina en palabras, y mi Divina Voluntad queda exiliada en medio de las criaturas”.

17 de mayo de 1938
“…ocultar una Verdad, que Nosotros con tanto amor dejamos salir de nuestro Seno Paterno, es el más grande delito, y priva a las generaciones humanas del bien más grande”

Queridos hermanos en el Señor, como ya dicho anteriormente, Él puso en mi corazón la urgencia y responsabilidad de hacerles llegar esta Noticia, así como la totalidad de los escritos. Quizás Él, en Sus designios, quiera llevar a algunos de Uds. a ser los heraldos de esta Noticia. A continuación encontrarán algunas citas respecto a este crítico tema para su discernimiento:

Nuestro Señor Jesús a Luisa el 6 de noviembre de 1926:
“Hija mía… así sucederá para el Reino del FIAT Supremo. Lo haremos juntos hija mía… y cuando todo haya terminado, CONFIARÉ A MIS MINISTROS MI REINO… ¿Crees tú que sea casualidad la venida del Padre di Francia, que muestra tanto interés y que ha tomado en serio la publicación de lo que se refiere a mi Voluntad? No, no, lo dispuse Yo, es un acto providencial de la Suprema Voluntad que lo quiere como primer apóstol del Fiat Divino y anunciador de Él, y como es fundador de una obra le es más fácil acercarse a OBISPOS, SACERDOTES y personas en su mismo instituto para anunciar el Reino de mi Voluntad…”


Nuestro Señor a Luisa el 18 de enero de 1928:
“Porque Yo me sirvo de mis obras del SACERDOCIO, y así como tuve el Sacerdocio para preparar al pueblo antes de mi venida y el Sacerdocio de mi Iglesia para confirmar mi venida y todo lo que Yo hice y dije, así tendré el SACERDOCIO DEL REINO DE MI DIVINA VOLUNTAD. …gozo al ver el interés que toman LOS SACERDOTES por estos escritos que formarán el Reino de mi Voluntad. Esto significa que aprecian el gran bien de ellos y cada uno quisiera tener consigo un tesoro tan grande, para ser los primeros en comunicarlos a los demás… Yo gozo con que otros ministros míos conozcan que existe este tesoro tan grande de hacer conocer el Reino de mi Divino Querer, y Yo me sirvo de esto para formar a LOS PRIMEROS SACERDOTES DE MI FUTURO REINO DE MI FIAT. Hija mía, es una gran necesidad el formar LOS PRIMEROS SACERDOTES…”

Nuestro Señor a Luisa el 10 de Octubre de 1928:
“Mi Amor reprimido es una pena para Mí de las más grandes, que me vuelve taciturno y triste, porque no teniendo vida mis primeras llamas, no puedo sacar fuera las otras que me devoran y me consumen; y por eso a AQUELLOS SACERDOTES que se quieren ocupar en quitarme esta pesadumbre con el hacer conocer mis tantos secretos con publicarlos, Yo les daré tanta gracia sorprendente, fuerza para hacerlo y luz para conocer, ellos por primeros, lo que harán conocer a los demás. Yo estaré en medio a ellos y guiaré todo.”

Nuestro Señor a Luisa el 13 de enero de 1929:
“Cómo es necesario que los conocimientos sobre mi Fiat se conozcan, y no sólo eso, sino que se haga conocer que mi Divina Voluntad ya quiere venir a reinar como en el Cielo así en la tierra en medio a las criaturas; y a los SACERDOTES, como nuevos profetas, les toca el trabajo, y con la palabra, con lo escrito y con las obras, hacer de heraldos para hacer conocer lo que concierne a mi Fiat Divino”.

Luisa en la hora 24 de los Giros en la Divina Voluntad:
“Jesús mío, después de haber resucitado no partes de inmediato para el Cielo, esto me confirma que quieres establecer el Reino de la Divina Voluntad en la tierra… Te sigo paso a paso con mi “te amo…” mientras te apareces a tu Mamá…, a Magdalena, a los Apóstoles, y pides que tu Divina Voluntad sea conocida por todos, PERO EN MODO ESPECIAL POR LOS SACERDOTES, los cuáles a su vez, como nuevos apóstoles, la hagan conocer a todo el mundo”.

Es también totalmente evidente en los escritos, que el Señor pide que estos escritos sean leídos EN EL ORDEN EN QUE FUERON DADOS, y SIN OMITIR O CAMBIAR NADA, y EN SU TOTALIDAD, así como pide también, e incesantemente, QUE SEAN CONOCIDOS. En una carta con fecha 4 de diciembre de 1926, su confesor extraordinario y ahora Santo, Annibale María di Francia, le escribe a Luisa lo siguiente:
“La señora obediencia os impone escribir de día o de noche, todo, todo, todo cuanto el Señor os revela, NADA DEBE DE FALTAR. Es palabra de la Sabiduría Increada, y una palabra vale más que todo el universo, por eso no es lícito el descuidar ni siquiera una sílaba”.

El Señor dice a Luisa el 16 de Julio de 1922: “…he aquí por qué mi premura de que se conozca todo lo que te he dicho, y si esto no hicieras, vendrías como a restringir mi Querer, a aprisionar en Mí las llamas que me devoran y a hacerme retardar la completa gloria que me debe la Creación. SOLAMENTE QUIERO QUE LAS COSAS SALGAN ORDENADAS, porque una palabra que falte, un nexo, una conexión que falte, un capítulo a medias, EN LUGAR DE ILUMINAR ARROJARÁ TINIEBLAS, y en vez de hacerme dar gloria y amor, las criaturas quedarán indiferentes, por eso sé atenta, quiero que lo que Yo he dicho SALGA ENTERO”.

También le dice el 30 de enero de 1927: “He aquí por qué la necesidad de los conocimientos… Por esto es necesario que se haga conocer TODO, para hacer que mi Reino esté TODO COMPLETO y para hacer que NADA falte…”.

En Marzo 25 de 1928 le dice: “Por eso, hasta que mi Voluntad Divina no sea conocida CON TODOS SUS CONOCIMIENTOS, sus pasos estarán obstaculizados, y suspendido el bien que quiere hacer a las criaturas”.

En julio 24 de 1934 también le dice:
“…y cuando TODAS las verdades que hemos dispuesto sacar sean manifestadas, TODAS JUNTAS estas nobles reinas, nos darán el asalto a nuestro Ser Divino, y como ejército invencible, con nuestras mismas armas divinas nos vencerán, y obtendrán el triunfo del Reino de la Divina Voluntad sobre la tierra…”.


Tan solo cuando estos escritos son leídos en orden, y en el contexto de su totalidad, y en vista a la Sagrada Escritura, al Catecismo y a la Tradición de la Iglesia, se puede entender y acoger lo que en ellos se encierra. Así como en los Evangelios, en estos escritos se encuentran también aparentes contradicciones, afirmaciones parciales, afirmaciones que aparentan tener otro significado, etc., etc., etc.; por lo tanto, sólo leyéndolos de esta manera, y en su contexto total, se puede llegar a una concordancia completa de su contenido, y a entender que estas Verdades y Conocimientos se expanden gradualmente a través de los escritos y se apoyan y concuerdan totalmente entre Ellas, y con la Sagrada Escritura y las enseñanzas de la Iglesia.

Por supuesto, es también absolutamente necesario que para leer estos escritos, debemos antes pedir con total humildad y pureza de corazón que el Espíritu Santo abra nuestros corazones y nuestras mentes a lo que el Señor nos quiere dar a través de ellos. De otra forma, sería imposible ir más allá de la superficie de lo que en ellos se encuentra, y esto en el mejor de los casos.

El 2 de Agosto de 1930 el Señor le dice a Luisa:
“Hija mía, todas las cosas acá abajo, tanto en el orden natural como en el orden sobrenatural, están veladas; sólo en el Cielo están develadas, … Yo mismo, Verbo del Padre, tenía el velo de mi Humanidad, todas mis palabras, mi Evangelio bajo formas de ejemplos y de semejanzas, y sólo me comprendía quien se acercaba a escucharme con la FE EN EL CORAZÓN, CON LA HUMILDAD, Y CON EL QUERER CONOCER LAS VERDADES QUE YO LES MANIFESTABA PARA PONERLAS EN PRÁCTICA… Así son mis Verdades que Yo con tanto Amor te he manifestado sobre mi Divina Voluntad… de otra manera quedarán ciegos, y Yo les repetiré el dicho del Evangelio: ‘Tenéis ojos y no miráis, oídos y no escucháis, lengua y sois mudos’.”

Ahora bien, en el año 1996, por orden de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y como fruto de la apertura de la Causa de Beatificación de Luisa, y como fruto también de la ya entonces recibida Beatificación de su confesor extraordinario y censor de sus escritos, el ahora Santo, Annibale Maria di Francia, los volúmenes escritos por Luisa que se encontraban en los Archivos del Vaticano por casi 60 años, fueron copiados por representantes del Obispo de Trani como ya dicho anteriormente.


En cuanto al estado actual de los escritos con la Santa Sede, la Congregación para la Doctrina de la Fe no ha hecho ningún pronunciamiento sobre ellos, sin embargo, el haber recibido el Obispo de Trani el “Non Obstare” de la Santa Sede permitiendo que se abriera la Causa de Beatificación de Luisa, efectivamente remueve cualquier juicio negativo, al ser tal, una declaración de que nada conocido a Roma prohíbió o fue obstáculo a la apertura de su Causa. De la misma manera, la Beatificación ya hecha en aquel tiempo del ahora Santo, Annibale Maria di Francia, representaba la misma realidad, pues fue él quien impartió su Nihil Obstat a los primeros 19 volúmenes en 1926, poco antes de su muerte, y a los cuáles Su Excellencia Arzobispo S.E. Giuseppe Maria Leo dio también el Imprimatur, sello y garantía del Espíritu Santo. Todo es ahora confirmado: La Canonización del Beato Annibale tuvo lugar el domingo 16 de Mayo de 2004.

El Obispo de Trani es la autoridad eclesiástica para la Causa de Beatificación de Luisa hasta que esta sea entregada a la Congregación para la Causa de los Santos. Al presente, la Postulación del Tribunal de la Causa está terminando el Proceso Diocesano de juzgar la vida y virtudes heroicas vividas por Luisa. La edición crítica de los escritos, con comentario, siendo producida por la Postulación, será consignada a la Santa Sede, pues solo ella puede dar a los escritos un juicio y explicación definitiva. Como requisito para todo este proceso, dos eminentes teólogos fueron comisionados independientemente por el Tribunal de la Causa para la evaluación de todos los escritos, y en 1997 los dos coincidieron en afirmar que estos escritos no contienen nada que sea contrario a la fe o moral Católica.

En diciembre 18, 1997, el Rev. Cosimo Reho, Profesor de Teología Dogmática, envió su evaluación al Tribunal de la Causa de Beatificación como respuesta a la petición que le habían hecho. Lo mismo fue hecho por el Rev. Antonio Resta, Rector del Instituto Teológico Pontificio del Sur de Italia el 2 de junio de 1997.

Estos dos teólogos independientemente comisionados por el Tribunal para hacer tales evaluaciones de los escritos, llegaron a la misma conclusión que otros teólogos e individuos de grande reputación dentro de la Iglesia, quienes evaluaron los primeros Volúmenes durante la primera parte del siglo XX. En la Introducción adjunta sobre la vida de Luisa, podrán leer algunos de estos testimonios. Les reitero nuevamente que de estos escritos, los primeros 19 volúmenes tienen ya un Imprimatur y Nihil Obstat, sello oficial de la autoridad Eclesiástica.

Quiero hacer notar que la totalidad de los 36 volúmenes escritos por Luisa que se encuentran en esta comunicación, han sido traducidos directamente de los manuscritos originales, y que contienen algunas faltas de ortografía, pobre redacción y pobrísima puntuación, probablemente algunos errores de transcripción, y otros pequeños errores.

Todo esto es mayormente debido a la magnitud tan extraordinaria de este inmenso trabajo, traducido al español del lenguaje italiano en el que fueron manuscritos, lenguaje que está mezclado con el dialecto del área donde Luisa vivía, y realidad que los hace poco fácil de traducir. Esta traducción es preliminar y rudimentaria, pero preserva la sustancia y esencia del contenido con fidelidad.

En vista a todo lo que aquí se encierra, he discernido en intensa oración, que es tan críticamente importante que estos escritos sean ya leídos en orden y en su contenido total por Uds., que no puedo esperar antes de enviárselos a tener una versión perfecta, a que sean corregidos nuevamente, o a esperar a la publicación oficial de la Iglesia, la cuál tomará años y la cuál espero con increíble anticipación y gozo. He aquí pues, que con confianza absoluta en el Señor y en nuestra Santísima Madre, se los entrego.

Ahora, en cuanto a Luisa, podemos también decir con absoluta certeza y convicción, que ella vivió una vida santa, de oración y sufrimiento, y que hasta hoy ha durado la fama de santidad atestiguada a ella por los contemporáneos de esta Sierva de Dios. Ella estuvo siempre bajo la continua custodia y dirección de la Santa Madre Iglesia, como pocos, o ningún otro, jamás ha estado, y fue siempre obediente y sumisa a Ella en todo. Esto ha sido muy precisamente documentado por el cuidado de sus confesores, escogidos por sus Obispos desde el año 1884 hasta su muerte en 1947.

Es apoyado en todo esto y mucho más, incluyendo lo ya dicho, que el Arzobispo de Trani, después de recibir de la Santa Sede el “Non Obstare”, abrió su Causa de Beatificación en 1994 y Luisa fue designada por la Santa Iglesia como Sierva de Dios. Las investigaciones hasta hoy han confirmado todo esto sin encontrar duda alguna.

Ella escribió todo lo que el Señor le manifestó durante ese período de 40 años, en simples cuadernos como los de escuela. Escribió un total de 36 cuadernos, los cuales fueron simplemente numerados sucesivamente del 1 al 36. Estos son conocidos ahora como volúmenes.

Es todo un conjunto progresivo de enseñanzas de los Conocimientos y Verdades que el Señor le comunicaba “sorbo a sorbo”, y que Luisa escribía, meditaba, ponía en práctica y HACÍA VIDA EN ELLA.

Todo le fue dado en un modo ordenado para su crecimiento progresivo, primero en santidad humana (ejercicio de virtudes, etc.-evidente en los volúmenes 1 al 10), y después en Santidad Divina (ejercicio de virtudes en modo divino y de “vida en la Divina Voluntad”, como vivida por naturaleza propia por el Señor en su Humanidad como sede de Su Divinidad, y por Gracia por nuestra Santísima Madre – evidente en los volúmenes 11 al 36).

El Señor en Sus designios hizo conocer y dio Gracias extraordinarias a Luisa para que pudiera acoger y hacer Vida en ella estas Verdades y Conocimientos sobre la Divina Voluntad de Dios, para que por medio de ella, puedan ser comunicadas a todos, y así también nosotros, con Su Gracia, podamos conocerlas, acogerlas y hacerlas vida en cada uno de nosotros, a la medida y plenitud que El ha designado para cada uno en nuestra misión terrenal de crecer “a Su Imagen y Semejanza” Génesis 1: 26, y de ser “partícipes de Su Vida Divina”, 2 Pedro 1: 4, Catecismo # 375, L.G. 2, 2, finalidad para la cuál fuimos creados por El.

En estos escritos NO HAY una “nueva revelación”, pues todo lo que en ellos el Señor nos enseña, fue ya hecho y vivido por Él. Como ya sabemos: “TODO LO QUE CRISTO VIVIÓ HACE QUE PODAMOS VIVIRLO EN EL, Y QUE ÉL LO VIVA EN NOSOTROS” (Catecismo #521) y es “por Él, con Él, y en Él”, que todo es y existe. Juan 1: 1-3. “…porque en Él fueron creadas todas las cosas …todo fue creado por Él y para Él.” Col. 1: 16. “Porque en Él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente, y vosotros alcanzáis la plenitud en Él…” Col. 2: 9,10. “Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si no por Él”. Juan 14: 6.

Ahora bien, también nos dice el Evangelio que “Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribiera una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran”. Juan 21: 25, y que como Él nos dice: “…el Espíritu de la Verdad os guiará a la verdad completa… porque recibirá de lo Mío y os lo anunciará a vosotros” Juan 16: 13, 14.


Sabemos también a través del Catecismo, que “AUNQUE LA REVELACIÓN ESTA ACABADA, NO ESTÁ COMPLETAMENTE EXPLICITADA” (Catecismo #66). Esto es obvio cuando vemos cómo el Espíritu Santo durante los últimos 2000 años, continúa Su tarea de develarnos progresivamente a través de Su Iglesia, todo lo que es necesario para restaurar nuestras vidas en Dios.

Así como la Iglesia nos ha ido proclamando Dogmas y Decretos sobre nuestra Fe a través de los siglos; así como el Señor nos reveló sobre Su Sagrado Corazón a través de Santa Margarita Alacoque, y así como nos reveló a través de Santa Faustina sobre Su Misericordia, así nos manifiesta ahora a través de Luisa sobre Su Divina Voluntad.

En estos escritos, el Señor nos enseña por primera vez, y a través de estos Conocimientos y Verdades, cómo quiere que al conocer lo que en Ellas se encierra, nosotros querramos voluntariamente acoger y hacer vida en nosotros este Don de Su Voluntad reinante y obrante en nosotros como Vida primaria de nuestros actos y de toda nuestra vida, para que animados por Ella y obrando en UNIDAD con Ella, podamos así ser restaurados al orden, al puesto y a la finalidad para la cuál fuimos creados, pues es solamente en Ella reinante y obrante en nosotros, y nosotros en Ella, que podremos ser nuevamente “a Su Imagen y Semejanza” y “partícipes de Su Vida Divina”.

Es esta nuestra naturaleza original en la que Dios nos creó en total perfección. Solo así podremos también dar a Dios el amor, honor y Gloria que de cada uno a El pertenece, tal como era, y tal como hacía nuestro Padre Adán antes de separarse de la Voluntad Divina (“árbol de la Vida” -Génesis 2: 9), Vida y Acto primario de su vida y de sus actos. Por supuesto que no nos podemos separar de la Voluntad Divina como fuente de Vida, ya que es Inmensa, Infinita, etc., y en Ella Dios se encuentra en todo y en todos, pero sí podemos con nuestro libre albedrío, rechazarla como Vida primaria de nuestra vida y de nuestros actos, tal y como hizo Luzbel, y después nuestro Padre Adán, de quien heredamos todos nuestra presente condición.

Es en estos escritos que el Señor nos dio a través de Su Iglesia, donde Él nos manifiesta explicitadamente el “Misterio de Su Voluntad” (Efesios 1: 9 - Apocalipsis 10: 7) y no solo nos reitera cómo hacer Su Voluntad (ya manifestado en los Mandamientos, Las Escrituras y el Catecismo y Magisterio de la Iglesia), sino que también nos enseña esta dimensión de cómo “VIVIR EN SU VOLUNTAD” y todo lo que esto encierra.

Esto es tan increíblemente importante, pero también tan increíblemente simple, que pocos lo querrán creer al principio, pues aunque es este el modo en que Dios restaurará todo y todos a su origen, tan solo requiere que conozcamos este Don, que lo querramos libremente, que lo acojamos totalmente y que lo hagámos vida en nosotros, y por supuesto, que siempre hagamos en TODO, la Voluntad de Dios, pues sería imposible “vivir en Su Voluntad” si no hacemos siempre Su Voluntad. Dios hará todo lo demás.

“Vivir en la Divina Voluntad”, es decir, “hacer la Voluntad de Dios como en el Cielo así en la tierra”, es el Reino que pide el Señor en el Padre Nuestro (“…VENGA a nosotros Tu Reino, hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo” Mateo 6: 10), que hemos estado pidiendo por los últimos 2000 años. Es por esto que me atrevo a decir: si Jesús, Verbo Encarnado, lo pidió y dejó a Su Iglesia pidiéndolo, ¿cómo entonces no ha de venir?

Cuando libremente acojamos y hagamos vida en nosotros el Don de Su Divina Voluntad reinante y obrante en nosotros que Él ahora nos quiere nuevamente dar, llegaremos finalmente a cumplir en plenitud esta oración, y como fruto de tal cumplimiento, el poder llegar a la plenitud de lo que El mismo pide al Padre:“Padre, que todos sean UNO, como Tú Padre en Mí, y Yo en Ti. Que sean UNO en Nosotros”. Juan 17: 21.

Este es el único Reino del que habla La Escritura, que ha de venir antes del fin del mundo, y en el que ya vivieron en la tierra nuestro Señor Jesucristo y nuestra Santísima Madre, REY Y REINA DE ESTE REINO, y que ahora, a través de los Conocimientos y Verdades que el Señor nos manifiesta en estos escritos, progresivamente Reinará “en la tierra como en el Cielo”, pues sabemos que “en Cristo, Dios nos ha dado a conocer el Misterio de Su Voluntad… para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que TODO tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los Cielos y LO QUE ESTÁ EN LA TIERRA.” (Efesios 1: 9, 10), y que REINARÁ HASTA QUE “LUEGO, AL FINAL, Cristo entregue a Dios Padre el Reino, DESPUÉS de haber destruido todo principado, dominación y potestad, PORQUE DEBE ÉL REINAR HASTA QUE PONGA TODOS SUS ENEMIGOS BAJO SUS PIES 1 Cor. 15: 24, 25- Hebreos 10: 13 pues “al presente no vemos todavía que le está sometido todo” Hebreos 2: 8.


Es a través de los Conocimientos y Verdades que el Señor nos da ahora en estos escritos dentro del ámbito de Su Iglesia, que además de conocer lo que hizo Él en Sus Actos exteriores, conoceremos también lo que hizo en Su interior; no sólo lo que hizo Su Humanidad en Su Divinidad, y de cuyos frutos han vivido los que acogen a Cristo Jesús como Rey y Salvador, sino también lo que hizo Su Divinidad en Su Humanidad, para que también ahora “podamos así nosotros vivirlo en Él”, y Él vivirlo en nosotros” (Catecismo # 521) en esta otra dimensión que ya nuestro Señor hizo, pero que a nosotros nos falta hacer, pues no es hasta ahora que Él quizo que la conociéramos, ya que todavía “no había llegado la hora”.

Es en vista a todo esto que podemos ahora entender las palabras de San Bernardo: “Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia. Aquellas son visibles, pero esta no… De manera que, en la primera venida el Señor vino en carne y debilidad; EN ESTA SEGUNDA EN ESPÍRITU Y PODER; y en la última en Gloria y Majestad”. ( Liturgia de las Horas-Tiempo de Adviento).

Es con toda esta perspectiva que podremos también ahora entender con mucha más claridad lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en los números 671 al 675 (inclusive) sobre este tema, así como en 2 Tesalonicenses 2: 1- 12. Les exhorto a leerlo. CRISTO REY Reinará en cada corazón en la tierra, como Reina en el Cielo.

Les repito lo que el Señor le dice a Luisa el 17 de mayo de 1925:
“…si la Creación se atribuye al Padre, mientras que estamos siempre unidas las Divinas Personas en el obrar, la Redención se atribuye al Hijo y el “FIAT VOLUNTAS TUA” SE ATRIBUIRÁ AL ESPÍRITU SANTO. Es precisamente en el “FIAT VOLUNTAS TUA” donde el Espíritu Santo hará desahogo de Su obra”.

Creo que con esto podemos también entender más claramente lo que le dice el Señor el 21 de diciembre de 1937:
"Hija mía buena, está decretado en el consistorio de la Trinidad Sacrosanta que mi Voluntad Divina tendrá su reino sobre la tierra, y cuantos prodigios se necesiten los haremos, no ahorraremos nada para tener lo que Nosotros queremos. Pero Nosotros en el obrar usamos siempre los modos más simples, pero potentes, tanto, de arrollar Cielo y tierra y todas las criaturas en el acto que queremos.
Tú debes saber que en la Creación, para infundir la vida al hombre no se necesitó más que nuestro Aliento Omnipotente, ¡pero cuántos prodigios encerrados en aquel Aliento! Creamos al alma dotándola con las tres potencias, verdadera Imagen de nustra Trinidad adorable...

Mira hija mía, el hombre con no vivir en nuestro Querer Divino, sus tres potencias han sido obscurecidas, y deformada nuestra Imagen adorable en él, de modo que ha perdido el primer Latido de Amor de Dios en el suyo; ha perdido el Respiro Divino en su respiro humano; más bien, no que lo haya perdido, sino que no lo siente, por eso no siente la circulación de la Vida Divina, el movimiento del bien, el calor del Amor Supremo, la Palabra de Dios en la suya, la vista para poder mirar a su Creador; todo ha quedado obscurecido, entorpecido, debilitado y tal vez también deformado.

Ahora, ¿qué cosa se necesita para restablecer a ese hombre? VOLVEREMOS A INFUNDIRLE NUESTRO ALIENTO con más fuerte y creciente amor, le infundiremos el Aliento en el fondo del alma, pondremos nuestro Aliento más fuertemente en el centro de su voluntad rebelde, pero tan fuerte de sacudirle los males a los cuales está unido; sus pasiones quedarán aterradas y aterrorizadas ante la potencia de nuestro Aliento; se sentirán quemar por nuestro fuego divino, y la voluntad humana sentirá la Vida palpitante de su Creador, al Cual, ella como velo Lo esconderá en sí misma y volverá a ser la portadora de su Creador. ¡Oh, cómo se sentirá feliz! Con nuestro Aliento la restauraremos, la sanaremos, la restableceremos...

Mira entonces qué se necesita para hacer venir a reinar a nuestra Voluntad sobre la tierra: LA POTENCIA DE NUESTRO ALIENTO OMNIPOTENTE; con él renovaremos nuestra Vida en el hombre. Todas las verdades que he manifestado sobre los grandes prodigios del vivir en mi Querer, serán las propiedades más bellas, más grandes, de las cuales les haré don. También esto es una señal segura de que vendrá el reino de mi Voluntad a la tierra, porque si hablo, primero hago los hechos y después hablo, mi palabra es la confirmación del don, de los prodigios que quiero hacer; por eso, ¿qué finalidad tendría el manifestar mis propiedades divinas, hacerloas conocer, si no debiera venir su reino a la tierra?"

Y también lo que dice el 2 de octubre de 1938:

"Hija mía buena, ánimo, si tú te abates perderás la fuerza de vivir siempre en mi Querer, no te preocupes por lo que dicen y hacen, toda nuestra victoria está en que no nos pueden impedir hacer lo que queremos, asi que Yo puedo hablarte de mi Querer Divino, y tú puedes escucharme, ninguna potencia nos lo puede impedir. Lo que Yo te digo acerca de mi Querer no es otra cosa que el desenvolvimiento de nuestro decreto, hecho "ab eterno" en el consistorio de nuestra Trinidad Sacrosanta: "Que nuestro Querer debe tener su reino sobre la tierra:" Y nuestros decretos son infalibles, nadie nos puede impedir que se lleven a cabo.

Así como fue decreto la Creación y la Redención, así es decreto nuestro el reino de nuestra Voluntad sobre la tierra, por eso, para cumplir este nuestro decreto, Yo debía manifestar los bienes que hay en él, sus cualidades, sus bellezas y maravillas; he aquí la necesidad por la cual Yo debía hablarte tanto, para poder cumplir este decreto.

Hija, para llegar a esto Yo quería vencer al hombre por caminos de Amor, pero la perfidia humana me lo impide, por eso usaré la Justicia, barreré la tierra, quitaré a todas las criaturas nocivas, que como plantas venenosas envenenan las plantas inocentes.

CUANDO HAYA PURIFICADO TODO, mis verdades encontrarán el camino para dar a los sobrevivientes la Vida, el bálsamo, la paz que mis verdades contienen, y todos las recibirán, les darán el beso de paz, y para confusión de quien no las haya creído, más bien las ha condenado, reinará y tendré mi reino sobre la tierra: "Que mi Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra."

Por eso te repito, no nos apartemos en nada, hagamos nuestro camino y cantaremos victoria, y ellos que hagan su camino, en el cual encontrarán confusión y vergüenza de ellos mismos. Les sucederá a ellos como a los ciegos que no cren en la luz del sol porque ellos no la ven, ellos quedarán en su ceguera y aquellos que la ven y creen gozarán, se llenarán de júbilo con los bienes de la luz, con sumo contento para ellos"


Es este también el Reino de Jesús en la Eucaristía, pues es solo en Su Voluntad Reinante y obrante en nuestras almas como vida y acto primario de todo nuestro ser, de toda nuestra vida y de todos nuestros actos (nuestra naturaleza original), que podremos acoger en plenitud Su Vida que nos da en este Santísimo Sacramento. Será entonces que podremos verdaderamente “acoger, ver, sentir y vivir” en nuestras almas, Su Presencia real en la Eucaristía, y será entonces que podremos también tener la capacidad para darle verdadera correspondencia a Su Infinito Amor, con Su misma Vida.

El 25 de septiembre de 1913 Jesús le dice a Luisa:
“¡Pobre de Mí, cómo me tratan en el Santísimo Sacramento! Y tantas almas devotas que me reciben, tal vez todos los días; deberían ser otras tantas santas si bastara el centro de la Eucaristía, y en cambio, cosa de llorar, están siempre en el mismo punto: vanidosas, iracundas, escrupulosas, etc., ¡pobre centro del Santísimo Sacramento, cómo quedo deshonrado!
… te digo que los mismos Sacramentos producen sus frutos según las almas están sujetas a mi Voluntad, y según la conexión que tienen con mi Querer así producen sus efectos. Y si conexión con mi Querer no hay, me comulgarán pero quedarán en ayunas, se confesarán pero quedarán siempre sucias, vendrán a mi Presencia Sacramental, pero si nuestros quereres no se identifican, estaré para ellas como muerto, porque sólo mi Voluntad en el alma que se hace sojuzgar por Ella, produce todos los bienes y da vida a los mismos Sacramentos….”

El Señor le dice el 5 de noviembre de 1925:
“Tu amor no se detenga, recorra todos los Tabernáculos, cada Hostia Sacramental, y en cada Hostia oirás gemir al Espíritu Santo con dolor inenarrable. El Sacramento de la Eucaristía no es sólo Su Vida a la Gracia lo que reciben las almas, sino es mi misma Vida que se da a ellas, así que el fruto de este sacramento es FORMAR MI VIDA EN ELLAS, y cada Comunión sirve para hacer crecer mi Vida, para desarrollarla, DE MODO DE PODER DECIR: “YO SOY OTRO CRISTO.”

Pero, ¡ay de Mí! cuan pocos lo aprovechan, es más, cuántas veces desciendo en los corazones y me hacen encontrar las armas para herirme y me repiten la tragedia de mi Pasión, y en cuanto se consumen las especies sacramentales, en vez de incitarme a quedarme con ellas, soy obligado a irme bañado en lágrimas, llorando mi suerte sacramental, y no encuentro quien calme mi llanto y mis gemidos dolientes. Si tú pudieses romper esos velos de la Hostia que me cubren, me encontrarías bañado en llanto conociendo la suerte que me espera al descender en los corazones”.

El 17 de octubre de 1928 le dice:
“Yo aquí en este Tabernáculo, ruego continuamente, ¿pero sabes tú cuál es mi primera petición? Que mi Voluntad sea conocida, que Su Imperio que me tiene escondido impere sobre todas las criaturas y reine y domine en ellas, porque ENTONCES MI VIDA SACRAMENTAL TENDRÁ SU FRUTO COMPLETO…”

Después de haber leído todos estos escritos y aunque en mi indigna y pequeñísima capacidad, me atrevo a decir que el tiempo se ha cumplido, y que el Reino de Dios EN LA TIERRA: el Reino de Su Divina Voluntad “EN LA TIERRA (en nosotros) como en el Cielo (como en Dios)”, se establecerá progresivamente, pues es en cada uno de nosotros que se debe primero constituír este Reino hasta que llegue a la plenitud universal, aunque en diversos grados según Sus Designios, y según la disposición de cada alma a este Don.

Esto es un decreto Divino y tomará lugar según Sus Designios y en cumplimiento de Las Sagradas Escrituras, pero que requiere primero esa prueba final a la Iglesia a la cuál el Catecismo en el # 675 hace referencia.

ES ESTA LA VERDADERA NUEVA ERA ESPERADA POR TODOS, Y ES NUESTRA SANTÍSIMA MADRE QUIEN HA ESTADO DISPONIENDO A TODAS LAS ALMAS Y A TODOS LOS PUEBLOS PARA RECIBIR ESTE REINO.

ES ELLA LA REINA Y LA PORTADORA DEL REY. Es Ella Quien nos trae el Reino. Me refugio pues en Su Inmaculado Corazón y oro incesantemente pidiendo a Ella, Quien por designio de Dios, es también Corredentora, Medianera y Abogada nuestra, que nos ayude a disponernos y a prepararnos a recibir nuevamente este Don de vivir en Su Divina Voluntad, que en Jesús Nuestro Señor y POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO, nuevamente hará Reinar a Dios, UNO y TRINO, en cada uno de nosotros, pues repito: sólo en la Divina Voluntad Reinante y obrante en nosotros, y nosotros obrante en Ella, como Vida de todos nuestros actos y de todo nuestro ser, podremos nuevamente ser UNO en Él.

El Señor le dice a Luisa durante la 1ra Solemnidad de la fiesta de Cristo Rey en 1925: “Vengo como Rey en medio de los pueblos……MI MADRE CELESTIAL OS HARÁ DE MADRE Y REINA. Ya Ella va girando en medio de los pueblos y las naciones, para disponerlas y prepararlas a recibir el dominio del Reino de mi Voluntad……a Ella le confío, a su amor Materno, el que me disponga las almas y los pueblos para recibir un Don tan grande.”



Luisa nos dice el 7 de octubre de 1928
“…así como la Soberana Señora venció a Su Creador y entretejiéndolo con sus cadenas de amor lo atrajo del Cielo a la tierra para hacerle formar el Reino de la Redención, así mismo, LA CORONA DULCE Y PODEROSA DE SU ROSARIO LA HARÁ DE NUEVO VICTORIOSA, triunfadora delante de la Divinidad, para conquistar el Reino de la Divina Voluntad….”

El Señor le dice a Luisa el 19 de mayo de 1931
“Mi Voluntad es Potencia que debilita todos los males y todas las potencias infernales; es Luz que se hace conocer por todos, y donde Ella Reina hace sentir Su Potencia, que ni siquiera a los mismos demonios les es posible desconocer, por eso LA REINA DEL CIELO ERA Y ES, EL TERROR DE TODO EL INFIERNO”.

Le dice el 13 de marzo de 1932
“Así que este Reino fue ya formado por Mí y por la Celestial Señora. Ya existe, solo que se debe dar a las criaturas; para darlo es necesario conocerlo, y como Ella es la criatura más santa y más grande, y que no conoció otro reino que el de mi Divina Voluntad, Este ocupa el primer lugar en Ella, y por derecho, LA CELESTIAL REINA SERÁ LA ANUNCIADORA, LA MENSAJERA Y LA CONDUCTORA DE UN REINO TAN SANTO. Por eso, ruégale e invócala, y Ella te servirá de guía y de maestra…”

Y también el El Señor le dice a Luisa durante la 1ra Solemnidad de la fiesta de Cristo Rey en 1925: “Vengo como Rey en medio de los pueblos……MI MADRE CELESTIAL OS HARÁ DE MADRE Y REINA. Ya Ella va girando en medio de los pueblos y las naciones, para disponerlas y prepararlas a recibir el dominio del Reino de mi Voluntad……a Ella le confío, a su amor Materno, el que me disponga las almas y los pueblos para recibir un Don tan grande.”
Luisa nos dice el 7 de octubre de 1928
“…así como la Soberana Señora venció a Su Creador y entretejiéndolo con sus cadenas de amor lo atrajo del Cielo a la tierra para hacerle formar el Reino de la Redención, así mismo, LA CORONA DULCE Y PODEROSA DE SU ROSARIO LA HARÁ DE NUEVO VICTORIOSA, triunfadora delante de la Divinidad, para conquistar el Reino de la Divina Voluntad….”

El Señor le dice a Luisa el 19 de mayo de 1931
“Mi Voluntad es Potencia que debilita todos los males y todas las potencias infernales; es Luz que se hace conocer por todos, y donde Ella Reina hace sentir Su Potencia, que ni siquiera a los mismos demonios les es posible desconocer, por eso LA REINA DEL CIELO ERA Y ES, EL TERROR DE TODO EL INFIERNO”.

Le dice el 13 de marzo de 1932
“Así que este Reino fue ya formado por Mí y por la Celestial Señora. Ya existe, solo que se debe dar a las criaturas; para darlo es necesario conocerlo, y como Ella es la criatura más santa y más grande, y que no conoció otro reino que el de mi Divina Voluntad, Este ocupa el primer lugar en Ella, y por derecho, LA CELESTIAL REINA SERÁ LA ANUNCIADORA, LA MENSAJERA Y LA CONDUCTORA DE UN REINO TAN SANTO. Por eso, ruégale e invócala, y Ella te servirá de guía y de maestra…”

Y también el 14 de mayo de 1935
“Sin embargo, hija mía, el Reino de mi Divina Voluntad infaliblemente llegará. Tú calculas humanamente y por eso su Advenimiento te parece difícil…y además, ¿no está acaso la Reina del Cielo, que con su dulce imperio ruega continuamente que este Reino venga a la tierra? ¿Y cuándo le hemos negado algo a esta Madre Celestial? Ella impetra con pleno derecho este Santo Reino, el cuál indudablemente le será concedido, y por eso, será también llamado: EL REINO DE LA REINA CELESTIAL.”

El 10 de febrero de 1937, La Santísima Virgen le dice a Luisa:
“Hija de mi materno corazón, EL REINO DE LA DIVINA VOLUNTAD SERÁ MI REINO. A mí la Trinidad Sacrosanta me lo confió cuando me confió al Verbo Eterno; cuando descendió del Cielo a la tierra, así me confió su Reino y el mío.

Por eso mis suspiros son ardientes, mis oraciones incesantes, no hago mas que asaltar a la Trinidad Santísima con mi amor, con mis derechos de Reina y de Madre que me dio, a fin de que lo que me confió salga a la luz y forme su vida, para que mi Reino triunfe en la faz de la tierra.”

En La Llamada Materna de la Reina del Cielo le dice:
“Has de saber que yo recorreré todo el mundo, iré a cada alma, a todas las familias, a todas LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS, a todas las naciones, a todos los pueblos, y, si es necesario, recorreré siglos enteros, hasta que como Reina, haya formado a mi pueblo, y como Madre, a mis hijos, los cuales conocerán y harán reinar por doquier a la Divina Voluntad”.


Como conclusión, y pidiendo nuevamente la unción del Espíritu Santo para mí y para Ustedes en este momento, me atrevo a presentarles este diálogo entre Luisa y el Señor, que aunque es de uno de los volúmenes finales, siento que debo exponerlo aquí, ya que en estas palabras del Señor podremos entender algo, aunque muy poco sin haber leído los volúmenes anteriores, de lo que quiere decir “…que la Voluntad de Dios se haga en la tierra como en el Cielo”, y “que todos sean UNO en Nosotros”:

9 de agosto de 1937
“Entonces pensaba entre mí: “Dios mío, ¿quién podrá corresponderte y pagarte por tanto Amor tuyo? ¡Ah! tal vez sólo la Reina del Cielo puede vanagloriarse de haber correspondido a su Creador en amor, ¿y yo? ¿Y yo?” Y me sentía oprimida, y mi siempre amable Jesús haciéndome su breve visita, todo bondad me ha dicho: “Hija de mi Voluntad, no temas, para quien vive en mi Voluntad hay sumo acuerdo en el amor, porque MI VOLUNTAD POSEYENDO SU VIDA EN LA CRIATURA, duplica su Amor, y cuando quiere amar, ama en Sí misma y ama dentro del alma, porque en ella posee su Vida; en mi Querer el amor está en sumo acuerdo; los gozos, la felicidad del puro amor están en pleno vigor. Nuestra paterna bondad es tanta para quien vive en nuestro Querer, que numeramos los respiros, los latidos, los pensamientos, las palabras, los movimientos, para corresponderlos con los nuestros y llenarlos todos de amor, y en nuestro énfasis de amor le decimos: “Nos ama y la debemos amar.”

Y mientras la amamos hacemos desahogo de tales dones y gracias, de dejar estupefactos a Cielo y tierra; esto hicimos con nuestra Reina, desahogamos tanto; ¿pero sabes tú qué significa este nuestro desahogar? Nos miramos a Nosotros mismos y queremos dar lo que somos y lo que poseemos, la desemejanza nos pondría en pena, y la criatura viéndose desemejante de Nosotros, no estaría con Nosotros con aquella confianza de hija y con aquel dominio de cuando se poseen los mismos bienes, los mismos dones; esta disparidad sería un obstáculo para formar UNA SOLA VIDA y para amarnos con un solo amor, mientras QUE EL VIVIR EN NUESTRO QUERER DIVINO ES PROPIAMENTE ESTO, UNA SOLA VOLUNTAD, UN SOLO AMOR, BIENES COMUNES, Y TODO LO QUE PODRÍA FALTAR A LA CRIATURA SE LO DAMOS DE LO NUESTRO PARA SUPLIRLA EN TODO Y PODER DECIR: “LO QUE QUEREMOS NOSOTROS QUIERE ELLA, NUESTRO AMOR Y EL SUYO ES UNO SOLO, Y ASÍ COMO LA AMAMOS NOSOTROS, ELLA NOS AMA.”

Hija mía, nos faltaría la fuerza si no eleváramos a la criatura que vive en nuestra Voluntad hasta el nivel de nuestra semejanza y hacerla poseer nuestros bienes, tan es verdad, que mi Madre Celestial, como vivía en mi Voluntad poseía la misma Vida de Ella, nos amamos con un solo amor y amamos a las almas con un amor gemelo”.


En el siguiente capítulo, el 15 de agosto de 1937 el Señor le dice a Luisa:
“Hija mía, no hay nada de que maravillarse, lo que te digo es la pura verdad, mi Voluntad es todo y puede todo, y no poner en nuestras condiciones a quien vive en Ella no es de nuestro Ser Supremo, a lo más se puede ver que EN NOSOTROS ES NATURALEZA, Y PARA QUIEN VIVE EN ELLA ES GRACIA, participación, desahogo de nuestro amor, Voluntad nuestra que quiere que así sea la criatura. Por eso queremos que viva en nuestro Querer, para hacer que sus actos y los nuestros estén fundidos juntos y suenen con un mismo sonido, tengan un mismo valor, un solo amor.

Resistir a un acto nuestro ni podemos ni queremos, es más, tú debes saber que el vivir en nuestro Querer es UNIDAD, tanto, que si la criatura ama, Dios está a la cabeza de su amor, así que el amor del uno y de la otra es uno solo; si piensa, Dios está a la cabeza de su pensamiento; si habla, Dios es principio de su palabra; si la criatura obra, Dios es el primer actor y obrador de sus obras; si camina, Dios se pone a la cabeza de sus pasos.

POR ESO EL VIVIR EN MI VOLUNTAD NO ES OTRA COSA QUE LA VIDA DE LA CRIATURA EN DIOS, Y LA DE DIOS EN ELLA; dejar separada de nuestro amor, de nuestra potencia, de nuestros actos a quien vive en nuestro Querer nos resulta imposible, SI UNA ES LA VOLUNTAD todo lo demás va junto, unidad de amor, de obras y de todo.

He aquí por eso que el vivir en nuestro Fiat Divino es el prodigio de los más grandes prodigios, jamás visto ni oído; es nuestro amor exuberante, que no pudiendo contenerlo queríamos hacer este prodigio que sólo un Dios podía hacer en la criatura, pero que ingrata no aceptó; pero Nosotros no hemos cambiado Voluntad a pesar de que hemos sido combatidos, y reprimido nuestro amor en forma que nos hace sentir espasmos; usaremos tales excesos de amor, tales industrias y estratagemas, que lograremos nuestro intento: QUE UNA SEA NUESTRA VOLUNTAD CON LA DE LA CRIATURA.”

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Queridos hermanos en el Señor, en vista a todo lo que les presento en esta introducción, me atrevo también a exhortarlos a meditar y discernir varias citas de la Santa Biblia que considero relevante a este tema:
Isaias 11: 2, 4, 6-9, Isaias 65: 17, 19, 20, 25, Hechos 3: 20, 21, Romanos 8: 19-23, 2 Pedro 3: 13, Apocalipsis 1: 4, 8,19, Apocalipsis 11: 17, Apocalipsis 19: 13, 15, 16, Apocalipsis 21: 3, 4, 7, Apocalipsis 22: 3, 4, 5, 13, 14.

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“En Cristo, Dios nos ha dado a conocer EL MISTERIO DE SU VOLUNTAD… para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los Cielos y LO QUE ESTÁ EN LA TIERRA”. (Efesios 1: 9, 10).

“!YA NO HABRÁ DILACIÓN! SINO QUE EN LOS DÍAS EN QUE SE OIGA LA VOZ DEL SÉPTIMO ANGEL, CUANDO SE PONGA A TOCAR LA TROMPETA, SE HABRÁ CONSUMADO EL MISTERIO DE DIOS, SEGÚN LO HABÍA ANUNCIADO COMO BUENA NUEVA A SUS SIERVOS LOS PROFETAS”. Apocalípsis 10: 7.


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“…Por Su Voluntad todas las cosas existen y fueron creadas”
Apocalypsis 4:11

“La Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad”
1 Tim. 2: 4

“La Voluntad de Dios es vuestra Santificación; …Asi pues, el que esto desprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os hace Don de Su Espiritu Santo”
1Tes. 4: 3, 8


El 27 de agosto de 1926, el Señor le hacía ver a Luisa al Padre Annibale di Francia cuando Él le decía:
“Hijo mío, el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será este:
EL REINO DE LA DIVINA VOLUNTAD ENTRE LAS CRIATURAS –LIBRO DE CIELO- EL LLAMADO A LA CRIATURA AL ORDEN, AL PUESTO Y AL FIN PARA EL CUAL FUE CREADA POR DIOS”.


Con estas citas y por Gracia de Dios, concluyo esta comunicación en el Amor del Señor y de nuestra Santísima Madre. ¡Que la Paz y la Gracia del Señor sea con vosotros!

Vuestro hermano en Cristo Jesús.

NOTA DEL AUTOR DE ESTA COMUNICACIÓN:
Después de discernir en intensa oración, sentí la necesidad de hacer esta comunicación de una manera anónima, pues lo importante es el mensaje y no el mensajero. ¡Que vuestros corazones se abran a la Luz del Espíritu Santo para que os ilumine sobre esta comunicación!



El 24 de diciembre de 1929 el Señor le dice a Luisa:
“Si tu supieras cuánta Luz hay en todo lo que te he manifestado acerca de mi Divina Voluntad (volúmenes 11 al 36), y cuánta más Luz resplandecería si fueran leídas y releídas, tu misma quedarías eclipsada y maravillada por el gran bien que harán.
…si mis Verdades manifestadas son puestas en el olvido, y no son puestas en un puesto de honor, quedan como sepultadas, pero los vivos no se sepultan; ellas son Luz que poseen y llevan Vida”…


“La gracia, la misericordia y la paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán con nosotros según la verdad y el amor”.
2nda Epístola de San Juan vs. 3.


DEO GRATIAS
(Sitio dónde leer los 36 Volúmenes de Luisa Piccarreta: